Lo números no cierra, dado que el complejo exportador vitivinícola colocó poco más de 212 millones de litros de vino en el exterior. Por otro lado el 2017 no dejó un solo número positivo, dado que en comparación a 2016, las exportaciones se redujeron un 18% para el caso de los vinos, y las ventas de mosto, un 50%.
Aunque se trata de datos provisorios y sujetos a modificación (los oficiales del mercado interno se esperan para la segunda mitad de enero) según informaron desde el INV, terminan de pintar un cuadro descolorido para el comercio exterior, según publicó el medio provincial Los Andes.
Asimismo, los datos preliminares registrados hasta la primera semana de enero muestran que con algo más de 77 millones de litros ingresados, durante 2017 las importaciones le sacaron varios cuerpos al año anterior.
Viendo las proyecciones del sector vitivinícola, Mario Giordano, gerente de Wines of Argentina comentó, “Hay mercados que crecieron como Inglaterra y Brasil, un poco Rusia, menos, Perú y Paraguay, En lo que respecta a EEUU, creció en facturación y tuvo una caída en volumen comparado con otros años, y eso es importante”.
A la lista hay que sumar a otros mercados latinoamericanos prometedores que no respondieron como antes. Un caso es Colombia, donde la presión impositiva sobre las bebidas con alcohol para financiar el gasto público del desarme se hizo sentir en los precios.
Entre los vinos argentinos que se venden en el mundo, los que “salvaron la ropa” fueron del segmento de entre US$ 15 a US$ 20 de precio retail (entre US$ 40 y US$ 45 FOB), con un precio promedio que oscila los US$ 36.