Recientemente, un trabajo realizado en el municipio de Miranda, Mato Grosso do sul, Brasil y publicado por el Journal of Animal Science comparo los resultados reproductivos de vacas Bos inducus vacunadas contra Aftosa 30 días antes y 30 días después de ser inseminadas a tiempo fijo (IATF) con el objetivo de analizar el efecto de la vacunación sobre la pérdida embrionaria.
El grupo que recibió la vacuna 30 días previo a la IATF tuvo un 3,9 % de pérdidas embrionarias mientras que el grupo que recibió la vacuna 30 días post IATF tuvo un 16,5% de pérdidas.
Los resultados del estudio indican que la la vacuna contra aftosa en Brasil puede incrementar las pérdidas tempranas de embriones en un protocolo de IATF. La aplicación de 5ml subcutáneo de Ourovac Aftosa; Ourofino Saúde Animal, Caraavinhos, Brasil, a los 30 días post IATF provocó una pérdida de gestación significativamente mayor con respecto al grupo vacunado 30 días previos a la IATF. Esta consecuencia estaría asociada a la respuesta inflamatoria inducida principalmente por los adyuvantes que contiene la vacuna, los cuales actúan como estimulantes para potenciar la respuesta inmune y lograr una correcta protección.
Sin embargo, según advierten los técnicos del INTA Cuenca del Salado “al momento de transpolar estos hallazgos a nuestra región deberíamos ser muy cautelosos” por tratarse de una vacuna que no se comercializa en Argentina y que difiere en cuanto a composición y dosis utilizadas en nuestro país. Este último punto es importante debido a que los autores del trabajo hipotetízan que las pérdidas podrían ser consecuencia de la respuesta inmune generada en mayor medida por el adyuvante. Para el caso de la vacuna Ourovac Aftosa; el adyuvante consistió en aceite mineral más saponinas. Además, los profesionales del INTA comentan que “las condiciones de manejo, género, especie y clima descriptos en esta publicación difieren a nuestra región”
Estas evidencias ponen en relevancia la necesidad de generar información en los sistemas para cría bovina locales que permitan tener un soporte científico ante la presunción generada en el ámbito regional” explican los técnicos argentinos en relación a la necesidad de dar una respuesta con hacedero científico a la preocupación generada en torno a la vacunación de vientres en gestación temprana.
“Aunque no disponemos de información en Argentina, en diferentes ámbitos se comenzó a debatir sobre la posibilidad de retrasar la vacunación de animales adultos, en la provincia de Buenos Aires, al período de marzo/mayo para evitar vacunar en temporada de servicio. Es necesario aclarar que para mantener nuestro estatus sanitario no es posible retrasar la vacunación dejando un “bache inmunológico” de 5 meses. Cambiar el momento de aplicación implicaría realizar una vacunación en noviembre y repetir en abril del año siguiente, asumiendo los costos que implicaría una doble vacunación” concluyeron los técnicos.