Hace unos días se llevo a cabo una reunión en la Facultad de Agronomia de la UBA donde Investigadores de varias disciplinas sostuvieron que en los próximos años llegará una “tercera revolución de las Pampas” que trascenderá al modelo vigente, dominado por cultivos transgénicos, agroquímicos y siembra directa. Si bien consideraron que este tipo de producción permanecerá (aunque con prácticas más sustentables), afirmaron que podría convivir con otros sistemas intermedios de menor uso de insumos, orgánicos o agroecológicos.
La maquinaria agrícola no sera una excepción a esta tendencia revolucionaria, según Mario Bragachini, del INTA Manfredi. El especialista prevé que las máquinas del 2030 serán robotizadas en un 90%, no serán conducidas sino programadas y asistidas con potentes software sobre la máquina y/o virtuales en la plataforma web.
En cada campo y lote habrá más máquinas que operarios, 3 o 4 “volantes” y 1 o 2 operarios en el caso de siembra, fertilización, pulverización, las personas más importantes y estratégicas estarán debajo del tractor, este se conducirá casi autónomo y lo realmente decisivo será el reaprovisionamiento para que las grandes máquinas no pierdan capacidad de trabajo al estar detenidas.
Ni el tamaño ni la potencia serán las principales razones por las que el productor o el contratista elegiran la maquinaria, su capacidad de procesamiento de datos sera la principal razón. Precisas, inteligentes, automatizadas, robotizadas con inteligencia precargada y muchos sensores de gestión on line serán las principales características de las maquinas el futuro.
Las maquinas estarán interconectadas a través de una plataforma web u otros sistemas de comunicación en tiempo real, objetivo de adaptar y guiar las máquinas respetando todo tipo de variabilidad, de modo tal, que se puedan detectar y segregar en cada m2 de la unidad productiva, esto será posible con nuevos sensores en algunos casos con visión artificial.
La principal fuente de energía serán motores endotérmicos muy eficientes de muy baja emisión de gases contaminantes que accionarán generadores de electricidad 12 y 24 voltios y bombas hidráulicas; los actuadores serán eléctricos e hidráulicos (sólo cables y mangueras). Principalmente contaran con materiales aleados de alta resistencia y bajo peso, muchos biomateriales y sistemas de traslados que no agredan el suelo.
Para producir granos se destacaran las máquinas más grandes y eficientes, y quizás robot más chicos (muchos) en fruti-horticultura y cultivos especiales. Los mini-robots podrán trabajar con energía eléctrica (baterías recargables), o bien directamente con energía solar. Argentina dispondrá del servicio de muchos satelitales propios y alquilados, redes de radares y un buen servicio de sensores remotos portable sobre satélites, aviones, drones, para optimizar el manejo de insumos variables.
Como el agua dulce será una limitante, el riego evolucionará en eficiencia, desapareciendo el riego por manto por el de aspersión inteligente; gran futuro del riego por goteo y riego por goteo subterráneo fundamentalmente por la eficiencia del uso del agua. La energía solar fotovoltaica será la fuente para bombear agua y almacenar energía en represas. Los equipos de riego distribuirán fertilizantes orgánicos y también aplicarán fitosanitarios.
Las máquinas ofrecerán una total trazabilidad del proceso realizado y cada movimiento será controlado en tiempo real; sus operaciones serán comunicadas al celular del interesado, también por telemetría desde una base de concesionario o fábrica se recibirán los parámetros de funcionamiento de las máquinas y los niveles de alerta de daño o mantenimiento.