En nuestra recorrida por Estados Unidos nos entrevistamos con Kate Huffman, que es portfolio Manager de Heartland Bank, sus comentarios nos ilustraron sobre cómo ven desde el sector financiero al campo en Estados Unidos.
Según los dichos de Kate, los bajos precios de las materias primas están dejando al productor americano una perdida estructural, que se transforma en deuda y se acrecienta todos los años.
La rentabilidad negativa del negocio deja sin capital de trabajo al agricultor lo que despierta tensiones financieras. Falta de capital de trabajo y alto apalancamiento para llevar adelante la siembra son la constante en el sector agropecuario.
Paralelamente a este escenario, el productor tiene que seguir viviendo, con los cual los gastos familiares terminan siendo un problema, ya que el productor acumula gastos y por ende hace crecer la deuda de largo plazo de su emprendimiento.
En este escenario, no vemos una masiva venta de tierra, pero los valores están cayendo, ya que el campo carece de rentabilidad. En cuanto al endeudamiento, solo dos campos fueron a remate en los últimos 2 años, lo que no habla de un escenario dramático, pero sí muy delicado.
Por otro lado, el gobierno ha demorado muchos pagos a los agricultores en concepto de subsidios, que se deberían dar en tiempo y forma, y en la actualidad no llegan a tiempo estando lejos de equilibrar el resultado del negocio.
FORMAS DE FINANCIARSE
El agricultor americano tiene líneas de créditos por operación que realiza, lo puede hacer con notas de interés a corto plazo, que sean a 6 o 12 meses, a una tasa que puede ubicarse en torno del 3,5% anual.
La deuda de largo plazo está garantizada con el valor de la tierra, se le presta hasta el 65% del valor del campo, los edificios y maquinaria con que cuenta el productor. La tasa de largo plazo social entre el 1,75% y 2,0% anual, y se entiende por largo plazo 5 años, no más que eso.
Las tasas de interés siguen siendo bajas, no obstante, hay mucha preocupación en el sector financiero, porque las materias primas no salen de un piso muy bajo en materia de precios, y las tasas muestran una tendencia en aumento.
La Reserva Federal de Estados Unidos podría volver a subir a la tasa al 1,5% anual en diciembre de 2017. En febrero de 2018 hay un cambio en la presidencia de dicho organismo, y nadie conoce que sendero de tasas de interés tendremos a futuro.
Hay quienes dicen que la suba de tasa se estancara en el 2% anual, algo que sería beneficioso para el sector agropecuario, mientras que otros ven aumentos más considerables. La tasa Prime hoy se ubica en el 4,25% anual y es la más alta de la última década.
CONCLUSIÓN
► Con un precio de la tierra que se ubica en torno de los U$S 25.000 la hectárea y en baja, con una rentabilidad negativa y alto endeudamiento, el sector agrícola en Estados Unidos no pasa por su mejor momento.
► Solo una política de apoyo del Estado y bajas tasas de interés hacen que el productor no esté en problemas hoy, pero podría estarlo mañana de persistir este escenario.
► Los productores están tratando de crecer en su escala horizontal y vertical, de tal forma de buscar más cantidad de tierra cultivable o bien agregado de valor.
► Es muy común que en Estados Unidos los productores participen de emprendimientos en conjunto, realizando una planta de etanol para descargar su producción de maíz cerca del campo, una cooperativa para hacer cerdos, y luego alimentarlos en su propio campo, o tener terneros y darlos a otros productores que hacen hotelería.
► Hay mucho por aprender de lo que hacen en Estados Unidos para sobrevivir en este mal momento que atraviesa el sector con precios que cierran.
► El productor desarrolla su trabajo y vive en el campo, no cuenta con una propiedad en la ciudad, los números no alcanzan para ese estilo de vida.
► Con todas las políticas de Estado a su favor, el productor americano es menos competitivo que el productor argentino, que no tiene políticas de Estado que lo guíen en su crecimiento.
► Tenemos en Argentina los mejores recursos humanos y una tierra única a escala mundial. Sin embargo, la falta de políticas productivas claras de largo plazo, no nos permiten crecer y mostrar todo nuestro potencial.
► Podríamos estar mucho mejor, pero no pensemos que somos los peores del mundo. El negocio a escala global no cierra, aquí se hace magia para vivir del campo, más aún cuando es campo alquilado.
Salvador Di Stefano.
Director de Agroeducación