Un informe elaborado por la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) señaló que el IRF (Índice de Reposición Feedlot) de junio mostró una reposición de los corrales similar al mismo mes del año pasado, con un ingreso a los corrales de 1,26 terneros por cada animal vendido a faena.
“Estos indicadores muestran una evolución de los corrales para la primera mitad del año bastante similar a lo registrado en 2016. Problemas de clima muy generalizados que prolongan la zafra de terneros y las zonas que no han sido complicadas por las inundaciones le permitieron al criador mantener más tiempo en el campo sus terneros, apoyados además por un invierno que se inició tarde y bastante benévolamente. No era difícil encontrar pastizales naturales verdes aún a principios de junio. Sumado a esto varios productores comenzaron a implementar algunos planteos de recría, para así lograr entrar a los corrales con animales, que al finalizar el engorde, permitan optar por un destino de exportación o consumo según la situación de precios del momento”, expresó la entidad en un comunicado.
Por otro lado, remarcó que “la postergación por 90 días del cambio del valor de la caución por remitir animales de bajo peso ha permitido que, aquellos productores poco precavidos por los cambios que desde la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario se venían anticipando, pudieran considerar el peso al ingreso a los corrales para evitar remitir animales de bajo peso hacia fines de agosto cuando la aplicación del nuevo monto de la caución debería comenzar a regir”.
“Sobre este tema, esperamos que se retome el control del peso mínimo y que se pongan en marcha las herramientas planteadas para dicho control (balanza con controlador fiscal y cámaras en los palcos de faena)”, disparó.
En tanto, consideró necesario “que la exportación continúe creciendo y traccione cada vez más para lograr que los precios de la hacienda sufran variaciones menores a las que estamos acostumbrados y para que los incrementos de producción puedan ser sostenibles. Contamos con un producto para llegar a cada vez más mercados que demandan una alta calidad”.
“En cuanto al negocio, la relación compra venta y la “foto” hasta fines de junio con el valor de la invernada por debajo del precio del gordo colaboró en parte para que la ocupación sea la que tenemos. Por supuesto que el negocio hoy no es el de la foto, la situación ya se revirtió y los valores de la invernada superan al gordo. Esta condición deja planteado un desafío para los corrales de cara a la segunda mitad del año: la necesidad de contrarrestar la pérdida en la compraventa sumando más kilos a cada animal dentro de los corrales y con la mayor eficiencia posible. Los valores de venta de animales terminados de septiembre en adelante nos dirán si los precios de adquisición de la invernada han sido razonables como para permitir un cierre de ciclo positivo”, expresó CAF.
Ante ese escenario, indicó que “sin duda los resultados favorables planteados hasta fines de junio se complican cuando comenzamos a restar de una cuenta, en principio positiva, la exorbitante carga de impuestos, aranceles y tasas que caen sobre el feedlot. Un negocio con un alto capital de trabajo y baja rentabilidad por animal encerrado no soporta la carga de impuestos que hoy tenemos. Si queremos que uno de los sectores emblemáticos del agregado de valor (el feedlot es el mayor consumidor de la producción de maíz) pueda crecer, generar cada vez más empleo y transformar nuestra producción granaria y de otras industrias, es fundamental y urgente una completa revisión y adecuación de los impuestos y tasas que lo alcanzan”.
“El sector espera acción en este sentido. Las medidas que el Estado ha implementado para combatir la informalidad en la cadena de las carnes y lograr reducir la competencia desleal no tendrán nunca los efectos deseados mientras el “premio” por el riesgo asumido al evadir continúe siendo tan ‘tentador'”, finalizó.