Los ingenieros agrónomos Daniel Igarzábal y Roberto Peralta, titulares de Halcón Monitoreos y responsables de la organización del XIII Encuentro de Monitoreo realizado en Córdoba en junio pasado, reflexionaron respecto del evento técnico más importante del país y aseguraron que “los aportes técnicos son los que apoyan las decisiones en el campo”.
“Después de 13 ediciones de Encuentros, la llama técnica parece estar más encendida que nunca. Cuando en la gran mayoría de las reuniones o jornadas que se desarrollan en todo el país la inclinación es tocar más temas políticos y filosóficos, nosotros seguimos en la senda de la tecnología. Y no se trata de desmerecer los otros aspectos, pero la identidad del Encuentro fue y seguirá siendo la misma. Los aportes técnicos son los que apoyan las decisiones en el campo. El devenir filosófico y político de la agricultura argentina es un aspecto no resuelto que debe tratarse y discutirse, pero no es este el ámbito”, señalaron en el editorial de la revista.
En esa línea, consideraron que “la resistencia de malezas a herbicidas y de organismos genéticamente modificados a oruga cogollera en maíz son cuestiones políticas que debieran resolverse aún en ámbitos legislativos, pero el día a día del manejo del lote requiere el aporte tecnológico y la actualización técnica permanente. Qué difícil es asimilar lo filosófico del entorno de la resistencia. De repente las entidades gubernamentales y las empresas están sumamente preocupadas y comprometidas a solucionar el problema. La pregunta es: ¿Si nunca aprendimos a manejar correctamente plagas, enfermedades y malezas; ahora de golpe y porrazo, aprenderemos a manejar la resistencia? ¿O es que caímos en una trampa comercial que las políticas agrícolas nunca vieron o quisieron ver, o el “facilismo” criollo del menor esfuerzo llevó por delante y superó la filosofía de una agricultura pensada y desarrollada en la tecnología del manejo inteligente del recurso? Posiblemente todo junto”.
“El monitoreo de problemas sanitarios en cultivos extensivos es una técnica casi argentina. No es común en países de grandes extensiones agrícolas como Brasil, USA o Australia. Sin dudas somos líderes en esta temática, no por la propuesta en sí, sino por hacer efectivo el monitoreo en cultivos como soja, maíz o trigo. La mitad de la superficie de soja del país es monitoreada directa o indirectamente, es decir casi 10 millones de hectáreas”, remarcaron.
Por último, expresaron: “Y sin duda este es el camino, aunque todavía sea sendero, tiene rumbo. Y por él vamos transitando con nuestros Encuentros de Monitoreo, siempre proponiendo tecnología para hacer más rentable las explotaciones agrícolas, pero a la vez con el menor impacto posible en el ambiente y la sociedad”.