El 30 por ciento de las frutas y verduras analizadas por la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal) presentó dosis de agroquímicos más altas de las permitidas y/o presencia de productos no autorizados para ese uso o prohibidos según las normativas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Eduardo Elizalde, titular de la Assal, en diálogo con el diario La Capital de Rosario reconoció que ese porcentaje “es alto” pero argumentó que tanto el uso de agroquímicos prohibidos como el no respeto de los límites de aplicación “es un problema generado en la producción primaria de los alimentos”. “La responsabilidad principal es del Senasa porque se trata de productos que no deberían llegar a la góndola” agregó el funcionario.
El funcionario dijo que, desde hace dos años, la agencia trabaja en muestreos sobre los tres mercados concentradores de la provincia, dos de Rosario y uno en la ciudad de Santa Fe y que los resultados de esos muestreos, que detectaron en promedio un 30 por ciento de irregularidades, son enviados al Ministerio de la Producción de la provincia, que es el encargado de trabajar de forma directa con los productores. “Hemos encontrado entre desvíos de usos y límites por arriba de lo permitido cifras cercanas al 30 por ciento, es una cifra alta, pero estamos trabajando en la detección e informando a Producción”, aseguró a La Capital.
Elizalde consderó que el Senasa es el organismo responsable de la inspección primaria y señaló que a nivel provincial “se está avanzando” ya que hasta hace poco tiempo “ni siquiera se detectaba esto porque no había trazabilidad”. “Cuando comenzamos a trabajar el principal problema era la falta de trazabilidad porque no sabíamos de dónde salían las verduras”, indicó Elizalde, quien agregó que a partir de ese momento se creó primero el Registro Provincial de Producciones Primarias (RPPP) para garantizar que todos los productores estuvieran registrados y trazados, el cual fue reemplazado este año por el Registro Único de Productores Primarios (Rupp).
“Esto se soluciona con buenas prácticas agrícolas y eso es una cuestión de capacitación a nivel del productor, no se puede arreglar sólo con control porque una vez que llega ya es tarde. Cuando tenemos los resultados el producto ya fue consumido o se pudrió, y a nivel control no hay ni capacidad técnica ni recursos económicos que permitan analizar todos los productos que se venden”, admitió a La Capital.
Cada muestra analizada requiere una inversión de 5.000 pesos: “Es económicamente imposible realizar controles masivos a todos los productos”, señaló Elizalde al diario rosarino y por eso consideró que el principal problema es “la ignorancia” por parte de los actores del rubro.
El funcionario recomendó a los consumidores lavar la verdura con abundante agua y agregarle vinagre para garantizar una mejores niveles de inocuidad. Y remarcó: “La principal responsabilidad es del Senasa porque se trata de productos que no deberían ir a la góndola”.