Después de tres años, la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán decidió revocar el sobreseimiento dictado por el juez federal Fernando Poviña y procesó a los directivos del ingenio Cruz Alta por arrojar residuos contaminantes a la cuenca Salí Dulce, en esa provincia.
Los responsables son Rodrigo Zalazar Romero, Walter Alberto Fuentes y José Ramón Coronel, quienes enfrentan un proceso judicial que se inició en agosto de 2006, cuando el fiscal Gustavo Gómez solicitó una serie de medidas para determinar violaciones al régimen penal ambiental.
En ese marco, el tribunal ordenó embargar hasta cubrir la suma de $ 200.000 por cada uno de los empresarios. “Es innegable el peligro para la salud pública y el ambiente según los valores contaminantes que conlleva la evacuación al medio de los efluentes industriales sin tratamiento previo”, argumentó.
En tanto, la Cámara aseguró que “dejar pendiente de sanción la conducta del contaminador a estudios que demuestren fehacientemente la alteración de la salud de los habitantes y del medio, significaría actuar sobre al concreción del hecho que justamente se pretende evitar y castigar”.
“Los imputados no impugnaron los informes periciales”, destacó, al tiempo que garantizó que éstos tenían “conocimiento de las características y consecuencias contaminantes de los efluentes líquidos que libera la planta a la cuenca interjurisdiccional Salí-Dulce”. “Tampoco se tomaron los recaudos necesarios a fin de adecuar las instalaciones para el debido tratamiento de dichos efluentes, para cumplir con el plan de inversiones para disminuir el impacto ambiental, causando un daño al medio ambiente y a la salud”, agregaron.
Lo cierto es que son innumerables las denuncias por la contaminación de la cuenca Salí, en Tucumán, y Dulce, en Santiago del Estero, que provoca la mortandad de miles de peces en el lago de Las Termas de Río Hondo.
Es que con la acumulación de desechos industriales y minerales aparecieron algas que cuando entran en descomposición absorben el oxígeno indispensable para la supervivencia de la fauna ictícola, según estudios oficiales. Por eso, recomiendan no consumir pescados de río si no se conoce su origen y buen estado sanitario.