Durante una reunión en la Federación Cítrica de Entre Ríos (Fecier), las asociaciones de Citricultores de Sana Ana, Villa del Rosario, Chajarí , Concordia y Federación, la Cámara de Exportadores, representantes de municipios de Santa Ana, Concordia , Los Charrúas, Estancia Grande Colonia Ayui y de los colegios profesionales de Agronomía. Juan Verliac, coordinador de la Comisión Interinstitucional para la lucha contra el HLB en Entre Ríos, indicó que los productores decidieron salir este lunes a controlar de manera muy fuerte el HLB.
“Hemos llegado a la conclusión que es necesario que se profundice la acción de la comisión que fue creada en 2014. Es momento de aumentar porque la realidad es que Misiones está colapsada con la enfermedad. Pasaron de cinco casos detectados, a 200”, dijo. Además ya no sólo se trata de plantas traídas de Brasil y Paraguay, países que tienen HLB, sino que además ya se está produciendo el contagio de planta a planta por intermedio del vector.
Verliac esbozó cual sería un operativo de implementación de aumento de la presión de monitoreo de quintas cítricas para detectar la sintomatología sospechosas de HLB y el vector Diaphorina citri, un insecto endémico de la zona. “Tendríamos un gran problema si apareciera un infectado”, dijo Verliac.
Verliac recalcó que Entre Ríos, con 37.000 hectáreas de cítricos, debe incrementar la actividad preventiva para evitar que el HLB baje y arruine la citricultura. Para ello, deben trabajar en cuatro medidas: la primera es producir plantas de viveros certificadas y bajo cubierta, la segunda es la detección temprana y para ello se debe conformar un equipo capaz de detectar sintomatología sospechosa y para ello Verliac dijo que van a incorporar más gente para monitorear, el estudio del vector (la diaphorina citri) dado que una vez que la enfermedad se establece el causante es el vector y para ello van a buscarlo para saber si están sanos o enfermos
Cuando finalicen las inspecciones y si el resultado es negativo, Verliac dijo que eso será sumamente importante. “Podemos ser los mejores productores libres de la enfermedad. Haciendo las cosas viene tenemos el potencial de ocupar mercados que estas potencias van perdiendo”, resaltó. En ese sentido, recordó que EEUU perdió en Florida el 76 % de su producción citrícola y San Pablo perdió 200.000 hectáreas.
Más adelante, Verliac dijo que los viveros que siguen produciendo a cielo abierto siguen su tarea con resoluciones judiciales de por medio pero no pueden vender. “Este grupo de trabajo está convencido de que deben caer esas acciones legales porque va en detrimento de la citricultura. Sabemos que no tienen malas intenciones los que generan recursos de amparo pero tampoco van a tener el potencial de hacerse cargo de 30.000 o 40.00 puestos de trabajo”, dijo. Y recordó que producir bajo cubierta es una ley del Congreso nacional y ya no solo una resolución del Senasa. “El enemigo acá no es el que te erradica una planta porque está a cielo abierto en un vivero. El enemigo es el HLB que va a hacer morir esa planta ya destruir toda la citricultura. Y el noreste de Entre Ríos vive del citrus. Este no es un problema entre citricultores, es un problema social de la principal economía regional y hay que tomarlo con esa altura”, dijo.
“El problema de los viveros es que son lugares de acopio de 100.000 o 120.000 plantines en un solo lugar. Si tenes un problema en ese lugar, las plantas no van a un solo productor ni a una sola localidad, se desparraman por toda la cuenca citrícola de Entre Rios y de Monte Caseros. Una vez que se dispersa es incontrolable”, dijo.
“Cuando uno lleva una planta lo mejor que puede pasar es que empiece sana. Después se puede enfermar como cualquier cosa pero tenemos un tiempo para controlar y erradicar esa planta si es necesario”, dijo. Por ello rescató la actitud de los productores que están comprando material certificado proveniente de viveros bajo cubierta.