Un equipo liderado por la investigadora del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Facultad Tecnológica, Laura Almendares, logró crear una cubierta comestible con componentes aprobados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), que reemplaza la cáscara de las frutas y permite extender hasta en 45 días su vida útil, según informó Mundo Agropecuario.
La idea de la investigación fue aplicar dicho desarrollo a las tunas, una fruta producida y comercializada en Chile que tiene el gran problema que sólo dura siete días en buen estado. Estos inconvenientes generan que los pequeños y medianos productores vecinos no puedan exportar las frutas, restringiendo todo tipo de intento por colocar la fruta en un mercado que no sea el doméstico.
“La mejor solución para estabilizar el fruto era recubrirlo, y en base a eso presentamos un proyecto, en conjunto con algunos agricultores de Tiltil, para generar esta tecnología. Tras varias pruebas logramos estabilizar el fruto con la cubierta comestible en alrededor de 40 a 45 días”, señala Almendares.
La película comestible es indetectable para el consumidor, pero además mantiene intacto el sabor de la fruta. El fruto continúa estable desde el punto de vista microbiológico, sensorial, y físico-químico, y además se elimina por completo el riego de pincharse.
“Se hicieron evaluaciones sensoriales comparando frutos recién descascarados con otros que tenían la cubierta, y los consumidores no detectaron cambios en el sabor y tampoco detectaron la cubierta. Además, no cambió ni el color ni el olor de la fruta”, recalca la investigadora.
Frutas que se podrían adaptar a la cubierta
“La ventaja que tiene esta cubierta es que se diseñó y se evaluó en uno de los frutos más complicados, como la tuna. Y, por tanto, debiera funcionar en otros frutos, con un menor pH, como frutales menores. Podrían ser manzanas, y algún tipo de hortalizas, también, como la palta, por ejemplo”, argumenta la ingeniera agrónoma.
Por ahora, la Dra. Almendares está en conversaciones con varias empresas para ver la posibilidad de licenciar o vender la patente de la cubierta, firmas que ya le han manifestado su interés en elaborar y comercializar la solución.