A las 12 menos cuarto (cuatro horas menos en la Argentina) el Papa Francisco saludó en la primera fila de los casi diez mil peregrinos presentes en la audiencia general de los miércoles, celebrada en el aula Pablo VI, a las hijas del fiscal Alberto Nisman, Iara y Kala. Bergoglio, que lucía sonriente y cálido, acarició con las dos manos las mejillas de la pequeña Kala y dio la mano a la ex exposa del fiscal que apareció muerto hace dos años en su domicilio con un tiro en la cabeza, la jueza Sandra Arroyo Salgado. También dió la mano a Iara y dialogó con ellas.
Luego del encuentro, la jueza Sandra Arroyo Salgado dijo: “El Papa me dijo que rezaba por mí y mis hijas, yo le dije que rece para llegar a la verdad”, según publica Clarín.
“Vivimos un momento muy emocionante. El Papa me dijo que rezó mucho y que siempre reza por el papá de las nenas. Yo le pedí ayuda y que siga rezando por la verfad”, indicó la ex esposa del fiscal especial de AMIA.
La familia del ministerio público, que había denunciado a la ex presidente Cristina Fernandez de Kirchner acusandola de haber firmado un pacto de impunidad con Iran por el atentado a la Amia en 1994, que causó 86 muertos y la destrucción del edificio de la mutualidad israelita argentina en el barrio de Once, sostiene que Nisman no se suicidó sino que fue asesinado.
La justicia aún no determinaó si se trató de un suicidio o un asesinato, como creen muchos, y aceptó recientemente que se investigue la denuncia del fiscal muerto. El juez Daniel Rafecas rechazó la denuncia de Nisman contra Cristina Kirchner, levantando una oleada de polémicas. Rafecas fue invitado hace unos meses al Vaticano y mantuvo una entrevista con Francisco, que algunos interpretaron como un apoyo al juez.