Con licitaciones dudosas, cuyos resultados se mantenían secretos, porque no tenía competidores y había sobreprecios, un amigo de Néstor Kirchner transformó a su empresa en la mayor contratista de obra pública del país, según publica Clarín.
Cuando Cristina Kirchner dejó el poder, se estimaba que Austral Construcciones (de Lázaro Báez) y otras firmas asociadas habían obtenido $ 21.600 millones de los cofres estatales a través de Dirección Nacional de Vialidad.
Sin embargo, una reciente revisión realizada por el mismo organismo muestra que el direccionamiento de los fondos públicos hacia Báez fue un 50% superior a lo calculado hasta ahora: Austral recibió US$ 2.196 milllones. Al cambio actual, son más de $ 33.800 millones.
Entre 2007 y 2015, Báez consiguió que Vialidad Nacional le otorgue más dinero público que a cualquier otro competidor. Su inmediato seguidor fue Juan Carlos Relats, socio de los Kirchner en los emprendimientos hoteleros, con US$ 1.166 millones.
Anticipos financieros, celeridad en los plazos de otorgamiento de obras, compulsas en las que Báez conocía los precios de todas las ofertas antes que se presentaran. Y sobreprecios. Todas irregularidades que llevaron a Javier Iguacel, el administrador de Vialidad Nacional, a ampliar una denuncia ya existente por “fraude”.