Ayer, fuentes vinculadas al sector lácteo aseguraron que la venta se había concretado y que el grupo Vicentín, de la familia que lleva el apellido, habría ofrecido US$ 90 millones, por la división de frescos. El trato, según la fuente, se habría cerrado el último viernes a las 19,30 en Sunchales, Santa Fe, sede de la líder en lácteos, según consigna el diario Clarín.
Se trata de yogures, postres y quesos crema, con los que SanCor buscó competir con la francesa Danone. Esos productos se elaboran en las plantas de Montecristo, Córdoba y la de Arenaza, al sur de la provincia de Buenos Aires que supo pertenecer a la suiza Nestlé. En Córdoba, precisamente, inauguraron un depósito de última tecnología y lanzaron dos innovaciones, el yogur con tapa a rosca y la línea de flanes caseros, que por lo visto no lograron inmunizarlos ante la crisis. El último balance arrojó un rojo de $ 1.500 millones.
Consultados, cerca de SanCor pusieron paños fríos a la información al deslizar que consideran varias opciones y que siguen en tratativas, además de Vincentín ( procesamiento de oleaginosas), con Coca Cola, Aceitera General Deheza, de la familia Urquía y con Newsan, de Rubén Cherñajovsky, que domina en electrónica en Tierra del Fuego y se expandió a alimentos.
Pese al esfuerzo de los últimos meses y a que Venezuela les pagó una deuda por US$ 80 millones, que les permitió afrontar un duro escenario con precios internacionales por el piso, todo indica que Sancor no podría seguir adelante sino suelta alguna división.
La cooperativa exporta el 50% de su volumen. Pero, a la crisis venezolana se sumó Brasil, destino de la manteca salada y el queso montañoso, dos especificidades elaboradas en Sunchales. Hacia delante, parte de la estrategia pasa por apuntalar la distribución y es lo que explica el flamante centro de logística robotizado y de grandes dimensiones que estrenaron en Sunchales.