El productor ya sabe que el período de transición de la vaca lechera, el cual comprende 21 días antes y 21 después del parto, es un momento crítico y exige cuidados, ya que en este tiempo el animal se encuentra susceptible a las infecciones, entre otros problemas de salud. Ampliar ese período para 60 días antes y 30 después del parto – los llamados 90 Días Vitales de la vaca – trae beneficios importantes para la salud del animal. Esta plataforma técnica, que Elanco acaba de lanzar, es una de las principales apuestas de la empresa para el aumento del potencial de lactancia y, en consecuencia, de la productividad.
Aumentando el tiempo de cuidados, se comienza a prestar atención también al período inmediatamente después del secado de la vaca. El momento es importante para que el animal pueda prepararse para un nuevo ciclo de lactancia. En las dos o tres semanas antes del parto, la producción de neutrófilos y linfocitos de la vaca – principales células del sistema inmune innato del animal – puede sufrir una reducción del 25 a 40%1, que puede causar una supresión del sistema inmune, haciendo que la vaca sea más susceptible a las enfermedades posparto.
Además de la inmunosupresión, la vaca presenta una reducción energética después del parto. Las demandas esenciales de energía aumentan al principio de la lactancia, período en el que el animal también pierde el apetito, disminuyendo el consumo de ración. Resultado: la vaca gasta al final su reserva de grasa para compensar la energía necesaria, además de reducir sus niveles de proteína.
“Si no se controlan, estos cambios fisiológicos y metabólicos, combinados con otros comunes en los 30 días después del parto, pueden contribuir a impactos negativos en la productividad y además se convierten en amenaza para la vida de la vaca. Los 90 días vitales son importantes para que el productor coseche mejores frutos en el futuro, cuando la vaca alcanza su máximo potencial de lactancia”, alerta Mariela Radicioni, Consultora Técnica de Ganadería de Elanco.
“La implementación de los 90 días vitales, como estrategia de trabajo en el campo, reduce las posibilidades de manejar animales enfermos, lo que potencialmente disminuye el uso de antibióticos. Esto ayuda al mantenimiento de la salud de las vacas, lo que contribuye para mantener el suministro de productos lácteos saludables y para reducir los costos de producción. Los cuidados en esta fase son determinantes para que la vaca alcance con éxito las fases de pico del ciclo de lactancia, período en el cual la contribución a la rentabilidad del tambo es mayor”, añade Mariela Radicioni, Consultora Técnica de Ganadería de Elanco.
Principales enfermedades de la vaca en este período
Los cambios fisiológicos y metabólicos que las vacas lecheras presentan entre el período seco y el parto pueden contribuir para un grupo altamente interconectado de disfunciones posparto.
La inmunosupresión tras el parto puede llevar a diversas consecuencias negativas, directas o indirectas, dejando a la vaca susceptible a las enfermedades. Entre los problemas directos están mastitis – inflamación de la glándula mamaria que afecta una de cada seis vacas –, retención de placenta y metritis – inflamación de la pared uterina.2, 3,4 Estas enfermedades aumentan los costos del establecimiento, con tratamientos, descarte de leche y el riesgo de sacrificio y mortalidad de animales afectados. Indirectamente, afectan la rentabilidad mediante la disminución de la producción futura y también pueden afectar el éxito de las siguientes gestaciones.
El balance energético negativo común en esta fase puede sumar otros problemas, como desplazamiento de abomaso (cuarta cámara del estómago de los rumiantes, donde ocurre la digestión), cetosis y disfunción ovárica.
Entre todos estos problemas, hay además la molestia y la frustración de trabajar con vacas enfermas, lo que crea estrés para los productores, veterinarios y otros profesionales involucrados en la toma de decisiones difíciles, como la eliminación del rodeo.
Cuidados importantes en los 90 días vitales
Una vez que haya una clara comprensión de los riesgos y desafíos enfrentados durante los 90 días vitales, es posible controlar el balance energético y equilibrar la función inmune de la vaca, ayudándola a alcanzar su máximo potencial de lactancia. Para esto, los productores deben trabajar junto con veterinarios y nutricionistas, con el fin de desarrollar un programa completo que implica cuidados como:
• Manejos de gestión, para proporcionar la máxima comodidad a la vaca, interacciones sociales negativas mínimas y gestión adecuada de la alimentación durante todo este período.
• Ajuste de la dieta e inclusión de suplementos alimenticios, para mejorar la salud de la vaca antes y después del parto al mejorar la eficiencia de la alimentación y apoyar al sistema inmune.
• Control y prevención de mastitis, gestionando de forma eficaz el medio ambiente, los equipos de ordeño y las personas que trabajan con la producción de leche.
• Programas de monitoreo, para detectar y prevenir riesgos de enfermedades virales y bacterianas, facilitar la identificación precoz de diagnósticos y mejorar las estrategias de prevención de enfermedades.