Estamos en un momento de gran incertidumbre que genera una gran parálisis y gran inacción por parte de los productores. Se corre el riesgo de tomar decisiones tardías y a destiempo que a veces nos llevan a obtener malos resultados.
Es el momento de ser conservadores y volver a la sabiduría de los productores que nos precedieron, producir a la antigua “con tecnología del presente”, cuidar cada dólar que se invierte en tecnología y que el mismo tenga el retorno económico y la respuesta esperable. Por cada dólar invertido en tecnología tener la respuesta económica que lo justifique.
En estos momentos el productor se puede dar el lujo de no hacer nada; no vende granos, no compra insumos, no toma decisiones, no se anticipa a lo que está por venir, no tiene expectativas ni trasmite al resto de la cadena sus intenciones o planes de siembra; pues el productor se encuentra anestesiado por haber recibido una alta dosis de “pesimismo real” por los malos resultados económicos que tuvo que enfrentar en esta campaña, y también por la sencilla razón de que en pleno mes de Julio las actividades de siembra son muy limitadas o casi nulas, limitándose solo a los cultivos de verano cuya implantación recién comienza a partir de septiembre.
Esta es la peor campaña de los últimos 15 años en términos del resultado económico de las empresas, ocasionado no por factores climáticos sino por factores tanto externos pero principalmente internos.
La caída de los precios Agricolas en simultáneo con el atraso en el tipo de cambio y el aumento de los costos de bienes y servicios por la inflación, ha provocado resultados económicos negativos en muchas zonas agrícolas del país. A esto se debe agregar la mala praxis política en el manejo de los ROE’s en trigo y maíz, y la imposibilidad de vender a ningún precio.
Las llamadas zonas marginales, que lograron expandir la frontera agrícola a una distancia mayor a los 1.000 km de los puertos, hoy se han ido reduciendo hasta llegar a menos de 500 km. El aumento de los rindes de indiferencia, por la caída de los precios, el atraso cambiario y la inflación, han reducido el radio de influencia de las zonas marginales hasta limitarla a zonas mucho más cercanas a los puertos de exportación. En otras palabras, el negocio agrícola sigue funcionando en zonas muy limitadas de la Pampa Húmeda donde los rendimientos obtenidos son los más altos del país, en el caso de campo propio y aquellos ubicados en cercanía a los puertos que no limitan la ganancia de los productores.
Como factor de peso relevante, que no teníamos en campañas recientes, existe una gran incertidumbre en el campo, como en el resto de los sectores de la economía, por estar inmersos en un proceso electoral presidencial que en un par de meses definirá los destinos de la Argentina agrícola, ganadera, agroexportadora, pujante o decadente, de acuerdo a la política agropecuaria a implementar por quien ocupe el sillón de Rivadavia.
Y aquí me permito disentir con aquellos productores, en su gran mayoría, que piensan que las Paso o las elecciones de octubre van a cambiar radicalmente el perfil de su negocio, y están inmersos además en una parálisis que les impide tomar decisiones con el tiempo suficiente para que sean las acertadas.
El productor debe pensar como productor y no como analista político, y hacer lo que sabe hacer, esto es producir. Hay que anticiparse a los hechos, en función de las señales que el mercado nos da, solo hay que ver los precios de maíz y soja para la próxima cosecha 2016 para tener una idea de cuál puede ser el cultivo con más demanda y más rentable. No siempre el cultivo más barato de producir es el cultivo más rentable, a veces puede ser resultar lo opuesto.
Luego vendrá el olfato o feeling de quien puede ser el próximo presidente en el 2016, que recién se sabrá con las elecciones de octubre o el posterior ballotage. Solo hay algo que hay que tener en cuenta y no es un dato menor, cualquier presidente que asuma, del partido que sea, necesitara los dólares del campo para poder estabilizar la economía.
Productor “anestesiado”, en estos momentos el árbol no deja ver el bosque a muchos productores, y para aportar cierta dosis de claridad hemos preparado el siguiente decálogo “para que un productor pueda sobrevivir más allá del 10 de Diciembre”.
Las claves de la supervivencia
1) Evaluar resultado productivo y económico de soja y maíz de la campaña anterior 2014/15, a los precios promedio de venta. Que cultivo fue el más rentable y cual tuvo una mejor estabilidad en los rendimientos?
2) Evaluar potencial resultado productivo y económico de la próxima cosecha 2015/16 en base a los siguientes precios a futuro que cotiza hoy el MATBA: Maíz Abril 2016 a 123 u$s/ton y Soja Mayo 2016 a 220 u$s/ton. Para consultas dirigirse por mail a adreani@agripac.com.ar
3) En base al punto anterior, calcular rindes de indiferencia y definir el precio que se pueda pagar por el arrendamiento en el caso de producir en campo arrendado. Si el costo del arrendamiento en Soja es tal que no le permite ganar a quien produce un mínimo de 200 u$s/ha (haciendo este análisis para zonas no núcleo) y su rinde de indiferencia es muy cercano al rinde obtenido: la recomendación es RECHAZAR ese campo o bajar el costo del arrendamiento en un mínimo del 50%
4) Pastillas de Zona Núcleo: Para casos de campo propio, tener en cuenta que un Maíz de 12,000 kg/ha arroja el mismo Margen Bruto que una Soja de 4,300 kg/ha. ¿Qué cultivo tiene mayor estabilidad de rendimientos en su campo?
5) En el caso de Centro Sur de Córdoba, un Maíz de 9,000 kg/ha arroja el mismo Margen Bruto que una Soja de 2,800 kg/ha. En ambos casos el productor tiene un MB de 100 u$s/ha. Cabe preguntarse, que rinde es más probable sacar, una soja de 2,800 kg o un Maíz de 9,000 kg/ha? Que rindes obtuvieron en la cosecha anterior de Soja y de Maíz?
6) Para evaluar el resultado económico del cultivo de Maíz 2015/16, fuera de zona núcleo, hay que incluir la posibilidad de vender el maíz en destinos consumo interno y no destino exportación. El costo del flete hace inviable la producción de Maíz en zonas más allá de 400 km del Puerto. El Maíz es más flexible para vender en consumo interno y la Soja depende 100% del precio de la pizarra en el puerto de embarque.
7) En una hipótesis de un precio de Soja de 200 u$s/ton a cosecha en el 2016, el cultivo es solamente rentable en zona Núcleo. En Centro-Sur de Córdoba, Oeste Buenos Aires, Sudeste Buenos Aires y Entre Ríos, producir soja equivale a cambiar seis por media docena. En el resto del país NOA y NEA, a estos precios producir soja equivale a colocarse un salvavidas de plomo en el cuello.
8) En una hipótesis de un precio de Maíz de 100 u$s/ton a cosecha en el 2016, el cultivo es solamente rentable en zona Núcleo. En el resto del país el cultivo no es rentable, y puede ser rentable si se vende en destino domestico con algún beneficio de flete. Es decir que en este caso el maíz tiene más chances de defender su ingreso económico que la soja.
9) La sugerencia para el 2016 es diversificar el porfolio productivo. No jugar todas las fichas a la Soja pues es el cultivo que en teoría tiene más chances de bajar. Sembrar el cultivo más barato NO garantiza que se va a ganar plata.
10) LA FRUTILLA DEL POSTRE (firmado por Pablo Adreani) ¿Qué chances hay que la soja llegue a 200 u$s/ton en cosecha 2016: 75%.
¿Qué chances hay que el maíz llegue a 100 u$s/ton en cosecha 2016: 30%
Por Pablo Adreani, Director de Agripac. Exclusivo para Infocampo.
Para consultas dirigirse a adreani@agripac.com.ar