El 17 de julio pasado, miles y miles de productores movilizados en la vasta geografía agropecuaria argentina expresamos la magnitud del hartazgo con la política agraria y los métodos clientelistas del populismo gobernante, pero también la profunda necesidad de cambios en el modelo económico y en esa política agropecuaria que nos condena inexorablemente.
Porque, pese a lo que quieran inventar en su relato, la crisis en muchas regiones y en la mayoría de los productores llega a tal nivel que emergen por doquier noticias de productores liquidando patrimonio: enterarnos de ventas de maquinarias, liquidación de campos o de bienes son moneda corriente por estos días…
Insistimos en el reclamo: urge un “Plan de Reparación Histórica”. Porque fueron decenas de miles de millones de dólares los que el campo aportó al Tesoro y muchos miles de millones los que fueron a otros sectores concentrados de la economía.
En este escenario de crisis que se profundiza, aquel 17 de julio en decenas de concentraciones, los productores dimos un mandato: profundizar la protesta, intensificar el reclamo, multiplicar el protagonismo agrario y de todo el interior productivo.
No tenemos dudas de que el tiempo se acaba y el futuro está demasiado lejos…Es el momento de reclamar con toda fuerza y exigir el Plan de Reparación Histórica, para poder producir, generar riqueza y que ésta sea distribuida con justicia.
La dirigencia agropecuaria tiene hoy la responsabilidad de estar al frente de este mandato. Y, más que nunca, frente al conjunto de la sociedad esa responsabilidad incluye no teñir con ninguna bandería política esta lucha colectiva. Porque se trata de una pelea que daremos no sólo por nosotros y nuestro presente, sino (y especialmente) para lograr un mejor futuro para nuestros hijos, para la producción nacional y para toda la República Argentina.
Por Eduardo Buzzi. Ex presidente de Federación Agraria