Los tamberos se encuentran a las puertas de un nuevo éxodo de la actividad, como ya ocurrió varias veces en los últimos diez años. Con precios por su materia prima prácticamente en los mismos niveles de octubre/noviembre del año pasado, aumento de costos, contingencias climáticas que les hicieron perder producción, dificultades para afrontar compromisos e industrias lácteas que les atrasan los pagos, su situación es de quebranto, según publicó La Nación.
Según las regiones, en la actualidad perciben de 3,10 a 3,20 pesos el litro, pero sus costos están cerca de los $ 4 el litro.
“Muchos están pensando en dedicarse a otra cosa, pero no saben qué hacer. La agricultura también está mal, y si venden las vacas que tienen deben pagar Ganancias”, afirmó Carlos Brave, coordinador de la Mesa Nacional de Productores de Leche (MNPL).
Como medida de ayuda, en marzo pasado el Gobierno dispuso una compensación económica de 30 centavos por litro para los tambos de menos de 2900 litros diarios por la producción de marzo, abril y mayo.
Ese beneficio comenzó a pagarse, aunque con demora, porque en lugar de empezar el 15 de abril lo hizo el 15 de mayo pasado. Ese día se abonaron $ 33.791.010 a 3430 productores, un universo reducido sobre los más de 6600 que, se estima, estarían alcanzados y representarían más del 70% de los productores. Sin embargo, esa compensación no es suficiente para revertir la crisis. En este contexto, la Asociación de Productores Lecheros de la Argentina (APLA) quiere reunirse con el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Comercio, Augusto Costa, para plantearles la necesidad de que el beneficio se amplíe en monto por litro pagado y universo de tambos.
“Necesitamos que en lugar de 30 centavos por litro la compensación sea de 60 centavos por litro”, indicó Daniel Oggero, miembro de la conducción de APLA.
En la entidad pretenden también que en vez de ser para los tambos de menos de 2900 litros diarios la ayuda se estire a “por los primeros 6000 litros” producidos. De esta manera, opinan, podrían cobrar más tamberos.
Además de la ampliación de la compensación, los productores quieren hablar con los funcionarios para que digan “qué piensan hacer con el sector”.
Su diagnóstico es que continúa el cierre de tambos por la pérdida de rentabilidad. Hay establecimientos que no pudieron recuperarse de las inundaciones de principios de año y otros están afectados por el atraso en los pagos que dispusieron las industrias, entre ellas, Mastellone Hnos.
A modo de ejemplo, un tambo que tiene capacidad para producir 2000 litros diarios cayó a 1200 por las inundaciones. Esto representa una merma de ingresos por $ 2500 diarios.
Según Oggero, APLA también quiere hablar con el presidente del Banco Nación, Juan Ignacio Forlón, “por el destrato” a los tamberos en situación de emergencia. “Queremos ayuda por la emergencia y un plan de desendeudamiento”, apuntó.
Hace unos meses, la Mesa Nacional de Productores de Leche les pidió a los ministros de Agricultura de Córdoba, Julián López; de Asuntos Agrarios de Buenos Aires, Alejandro “Topo” Rodríguez, y de Producción de Santa Fe, Carlos Fascendini, que buscaran ayudar al sector con alguna postergación de impuestos en sus provincias. Nunca les contestaron. “Ni siquiera se pusieron a estudiarlo”, indicó Brave.
Los tamberos quieren que las empresas lácteas les mejoren los precios. No obstante, para la industria lechera el escenario también se vislumbra complicado. En el primer cuatrimestre de 2015, las exportaciones de leche en polvo cayeron 21% (56.362 toneladas) y las de quesos bajaron 23 por ciento (13.840 toneladas).
En este contexto, las industrias comenzaron la semana pasada a negociar con el gremio lechero, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra), el acuerdo por paritarias. Todavía no hablaron de un número para el incremento de los sueldos. “Nosotros todavía no tenemos un número por ofrecer. Entiendo la posición de ellos [por el gremio] por la inflación, pero en este momento estamos en una situación difícil”, dijo Miguel Paulón, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL).