Todos aquellos productores que apostaron a la devaluación, hasta el momento, han tomado una de las peores decisiones económicas y financieras, en muchos años. El hecho de no haber vendido la soja disponible en niveles de 330/340 u$s/ton, cuando el mercado hoy está cotizando a 270 u$s/ton, implica una pérdida directa de 50 a 60 u$s/ton.
Y no hay devaluación que compense esta baja que se produjo en el mercado, pues en la hipótesis que hubiera una devaluación, la misma debería ser del 22% y el tipo de cambio oficial debería cotizar a 10,5 $/u$s. Este cálculo no toma en cuenta la caída del poder adquisitivo base soja por el aumento del costo de los bienes y servicios en pesos, con lo cual el tipo de cambio debería ser superior a los 11 $/u$s.
Nos preguntamos si el gobierno tiene voluntad de devaluar, y en cuyo caso cuando y en que magnitud podría llegar a ser la misma. Hasta el momento el mensaje del gobierno sigue siendo el mismo, no vamos a devaluar, de esta forma continua provocando un atraso cada vez mayor en el tipo de cambio en la medida que las paritarias y el resto de los bienes y servicios de la economía, siguen acompañando el ritmo de la inflación anual. Si el gobierno no va a devaluar qué sentido tiene que los productores sigan reteniendo la soja, y se sienten sobre un producto que cada día que pasa vale menos.
No hay que olvidar que los mercados, siempre, entre el nivel de precios de la vieja cosecha y la nueva cosecha, siempre tienden a la convergencia. Esto quiere decir que, tanto la soja Disponible como la soja nueva, el primer día hábil de abril, deberán tener el mismo precio. En estos momentos el mercado está operando con un “inverse” (caída) de 36 u$s/ton, entre el precio de la soja disponible (270 u$s/ton) y el precio de la soja nueva cosecha abril (234 u$s/ton). En algunos casos este “inverse” se achica ya sea por la baja en el precio de la soja disponible o ya sea por la suba en el precio de la soja nueva; o por una combinación de ambas tendencias.
Hoy el mercado está con mucha debilidad, la fortaleza del dólar, la deflación en la economía de la Unión Europea, la menor actividad económica en China, son todos factores con potencial impacto bajista de aquí al momento de la cosecha.
Veamos donde estamos parados hoy con respecto a las perspectivas de los precios de la soja de la nueva cosecha: es la primera vez en estos últimos cinco años que el productor debe enfrentar mercados en baja. En los últimos años, siempre que llegaba la cosecha el precio de la soja sorprendía con subas y dejaba siempre mal parados a aquellos productores que habían vendido forward a un precio por debajo al obtenido luego en el momento de la cosecha.
Este año ha sucedido justamente lo contrario a lo que sucedió en la cosecha anterior, los productores que vendieron forward anticipado al momento que estaban sembrando la soja hacia fines de octubre lograron fijar un precio para posición de entrega mayo 2015 arriba de los 250 u$s/ton. Hoy el mercado está cotizando a 234 u$s/ton y si no consolida un nuevo rally bajista es por la preocupación que hay en Chicago con respecto a la sequía que están sufriendo amplias zonas de producción de soja en Brasil.
Esta baja en el precio de la soja nueva, que supera una pérdida de 100 u$s/ton con respecto al nivel de precios de la cosecha anterior, están provocando una fuerte caída en los márgenes económicos del cultivo de soja. Solamente en zonas con un alto nivel de productividad, y en campo propio, el productor puede ver cierto margen de ganancia, si bien la misma no podrá igualar a los márgenes obtenidos en la cosecha anterior. En aquellos casos de campos arrendados, de menor productividad y alejados de los puertos de embarque, el productor deberá enfrentar márgenes del negocio negativos. Sucede que el rinde de indiferencia, aquel necesario para cubrir los costos de producción, comercialización y cosecha, es muy superior al rinde máximo obtenidos en muchas zonas productivas. Y en este caso el productor entra en pérdida libre, siendo la única chance de recuperar rentabilidad ya sea por un fuerte aumento en los rindes cosechados o por una fuerte suba en el precio internacional de la soja. En ambos casos, la esperanza es el único sustento para que ello ocurra, pues la solución más lógica y efectiva que es la baja de las retenciones, está muy lejos de la filosofía del gobierno K.
Como todos los años, el mercado de soja en cosecha puede dar sorpresas, y contra todos los factores bajistas que podrán impactar en el mercado, y de hecho ya han tenido su impacto, a partir de este momento y durante las próximas cuatro semanas, el clima en Sudamérica tendrá la última palabra. De continuar la sequía en Brasil podremos tener un cambio de escenario alcista, y en el caso de ocurrir buenas lluvias, el mercado no escapa de una baja adicional.
Por Pablo AdreaniAnalista de Mercados AgriPAC Consultores