Desde las primeras intervenciones en el mercado de trigo, en 2006 durante el gobierno de Néstor Kirchner, la situación no ha hecho más que agravarse. Con las primeras prohibiciones a las exportaciones comenzó a reducirse la superficie sembrada del cereal hasta llegar a valores del siglo diecinueve, literalmente. Sin embrago ese es sólo un indicador de la crisis.
En 2004 se discutía en la cadena de valor del trigo como iniciar un proceso de segregación que nos pusiera en la posibilidad de acceder, como Canadá y Australia, a mejores precios de exportación. Estos esfuerzos para agregar valor a partir de bienes públicos y sociales, a través la coordinación entre los actores económicos, para ofrecer mejores productos en el mercado internacional estallaron por los aires.
La Argentina fue un proveedor natural de trigo de Brasil, en el marco de las condiciones que se daban por proximidad y menores fletes y el arancel común de Mercosur. Todo esto se destruyó cuando la Argentina dejó de ser confiable en la Región, se aplicaron excepciones aduaneras para el trigo y hoy es Estados Unidos el proveedor “natural” de trigo a nuestros vecinos. Un mercado que será difícil de recuperar es otra de las pésimas herencias que el gobierno kirchneristale deja a todos los argentinos.
Todo esto fue a costa de los productores argentinos, de las PyMEvinculadas a la exportación y de la mesa de los argentinos. Llegamos a los límites del desabastecimiento estacional de trigo por la ignorancia de los funcionarios de la secretaría de Comercio, mientras el pan subía a tasas exorbitantes. Sin embargo el precio del cereal se derrumbó y los precios al consumidor nunca acusaron el cambio hacia la baja.
Hoy, con un mercado mundial ofertado y caída de precios internacionales podríamos estar bien posicionados para soportar la situación si hubiéramos logrado ubicarnos en los mercados de calidad que no tienen un excedente tan claro. Sin embrago en nuestro país estamos en el peor de los escenarios: precios internacionales bajos, retenciones a las exportaciones, mercados restringidos por los ROE y su manejo arbitrario, y la pérdida de 40 o 50 dólares por tonelada para los productores argentinos que hoy están cosechando a quebranto.
Todo esto era previsible y fue previsto por quienes criticamos las políticas agropecuarias del gobierno desde mucho antes de la 125. En abril de este año, el Ing Mauricio Macri le acercó a la presidenta una carpeta con las medidas necesarias para evitar la situación en la que nos encontramos. Este gesto tenía una única intención, evitarle a los productores agrícolas la pesadilla que están viviendo. La presidenta prefirió atender los caprichos e ignorancia de Kicillof y Costa. Las consecuencias están a la vista.
La grieta que divide a la prensa y la cultura, a la justicia y a las familias también afecta hoy a la cadena de valor de trigo. Un gobierno que ha alterado todos los parámetros de mercado por intervenciones arbitrarias, genera hoy beneficios enormes para algunos y quebranto para otros a través de las decisiones injustificables que ejerce a través de la Secretaría de Comercio. Cuando el mundo y nuestros competidores crecen encontrando los caminos para complementar a los distintos participantes de las cadenas de valor, en nuestro país el gobierno construye asimetrías salvajes.
Desde Unión PRO nos hemos comprometido a eliminar los ROE y toda restricción a las exportaciones, nos hemos comprometido a eliminar las retenciones y sabemos que, como en toda la Región, esto beneficiará a los productores, a la generación de empleo y a los consumidores argentinos. Sólo desde Unión PRO se plantean estas propuestas con convicción. Hemos perdido mucho para toda la cadena de valor del trigo. Los beneficios ocasionales de algunos son un daño para todos. El camino es otro. Estamos trabajando para que la próxima cosecha de trigo sea una fiesta, como lo era para nuestros abuelos. Nos comprometemos a que la próxima cosecha de trigo sea una fiesta que nos encuentre a todos los argentinos soñando juntos.
Por Ing. Guillermo Bernaudo, referente agropecuario (Unión Pro)