Todos sabemos que nuestra Constitución Nacional consagra la forma federal de gobierno, sosteniendo que los Provincias son preexistentes y creadoras del Estado Nacional. El avance del Estado Nacional sobre la autonomía de los Estados Provinciales nos lleva a afirmar que la distribución de recursos económicos en Argentina representa un modelo de falso federalismo y desequilibrios regionales extremos. La subordinación política a cambio de obras públicas, que se instrumenta a través del Ministerio de Planificación Federal, es el ejemplo más elocuente de lo aquí expresado.
La reforma constitucional de 1994 fue clara respecto a qué debe hacerse con la distribución de impuestos a nivel nacional, y pedía que para antes del 31 de diciembre de 1996 hubiera una nueva ley de coparticipación federal que tienda a dar más equidad a la repartición de impuesto que cobra el Estado. Hasta el momento no se ha avanzado nada al respecto. Y siempre se escucha el mismo argumento justificador de la centralización de recursos en manos del Poder Central: “la existencia de un país heterogéneo, con realidades socioeconómicas extremadamente dispares entre las provincias, torna indispensable un Estado Central que concentre la recaudación y redistribuya lo recaudado entre los estados provinciales más postergados en términos económicos y sociales”.
La experiencia internacional nos muestra ejemplos de países con realidades provinciales heterogéneas, que sin embargo pudieron avanzar en un sentido federal. La distribución de recursos en Canadá es un modelo de federalismo asimétrico cooperativo. El Parlamento federal está facultado para recaudar impuestos por cualquier procedimiento impositivo, y el Gobierno federal tiene autoridad para asignar sus recursos financieros como lo estime apropiado. Por ejemplo, el Gobierno federal puede conceder donaciones a particulares con miras a promover la investigación y el desarrollo.
El Gobierno federal también utiliza su poder financiero para emprender, junto con otras entidades, programas en esferas tales como la salud, la educación y el bienestar en las provincias cuyos ingresos eran inferiores al promedio nacional. Esos pagos incondicionales tenían por objeto ayudar a esas provincias a establecer los servicios públicos adecuados. Las cámaras legislativas provinciales están facultadas para recaudar impuestos directos (es decir, impuestos sobre la renta) en el ámbito de la provincia, así como percibir derechos para fines provinciales. Además, las provincias están facultadas para recaudar impuestos directos e indirectos por lo que respecta a los recursos naturales. Las provincias también están facultadas para expedir licencias con el fin de obtener ingresos para fines provinciales o municipales. El modelo de federalismo asimétrico cooperativo se implementa a partir de la distribución de transferencias intergubernamentales, en el marco de las cuales se ejecuta un programa de nivelación horizontal, por el cual se transfieren recursos federales a las provincias más pobres con el objetivo de permitir que las mismas accedan al promedio nacional de ingresos.
Consideramos necesario que nuestro país avance hacia un federalismo verdadero, y desarme de una vez por todas, el actual sistema unitario que se esconde bajo un falso ropaje federal.
Proponemos la creación urgente de un Consejo Nacional de Administración de los Recursos No Coparticipables; la participación efectiva de la totalidad de los Gobiernos Provinciales en la conducción ejecutiva del mencionado Consejo; el involucramiento del Gobierno Nacional en la conducción ejecutiva del mencionado Consejo; la implementación inmediata de un programa de nivelación horizontal interjurisdiccional desde el mencionado Consejo, teniendo como finalidad excluyente la transferencia de recursos federales hacia las provincias que no llegan a la media nacional de ingresos.
Nuestra Nación debe hacer realidad lo qué está escrito en nuestra Ley Suprema en materia de federalismo, y las medidas expuestas en el párrafo anterior pueden servir de directrices estratégicas para que podamos tener un modelo de federalismo asimétrico cooperativo, y superar las tendencias unitarias hegemónicas que ahogan la autonomía de los poderes provinciales.
Por Matías Lobos. Presidente de Unión Por Todos Provincia de Buenos Aires