Entre las múltiples reuniones, me pareció muy constructiva la convocada por los referentes en los temas agropecuarios de los partidos políticos, que han tomado la decisión de aunar esfuerzos para consensuar una propuesta sectorial unificada para aumentar la producción.
Entre ellos estuvieron Andrés Domínguez, de la CC; Guillermo Bernaudo de Unión por Todos; Leonardo Sarquis (Narváez), y José Anchorena, de PRO.
Las principales conclusiones que dejó son convocar a trabajar a quiénes estén convencido que el país va a crecer y desarrollarse en forma sosteniblemente: (1) con una economía abierta al mundo, (2) con una nueva ley de coparticipación federal y una moderna reforma impositiva y (3) con un Estado que cumpla con los roles indelegables: entre otros subsidiar en forma directa el consumo de los que menos tienen y apoyar a los pequeños productores que no están en condiciones de competir libremente.
Sin embargo, los referentes de los partidos políticos, hasta que se puedan implementar las medidas de fondo enunciadas, tienen temas para aumentar la producción y exportación en el ciclo 2012/2013, frenar la inflación a través de una mayor oferta real de bienes y empezar a cumplir con las metas del PEA (Plan Estratégico Agroalimentario) en un trabajo en conjunto de todos los sectores del país, en defensa de los que menos poseen.
Esta agenda mínima debe contener siete puntos:
1. Retrotraer las funciones que tenía la ex –ONCCA (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario) cuando se creó en el año 1996, derogando todos los ROE (Registros Operaciones de Exportación) que interfieren la libre comercialización y exportación a la producción. Liberar todas las importaciones de los insumos en forma automática para no limitar la capacidad de producción del sector agropecuario.
2. Ejecutar una política transitoria, hasta que se eliminen los derechos de exportación. Mientras las retenciones permanezcan vigentes se utilizarán como pago a cuenta de impuestos nacionales y provinciales.
3. Legislar un incentivo fiscal al mayor uso de fertilizantes a fin de hacer sostenible el modelo productivo. El aumento de la productividad no es antagónico con una buena rotación de cultivos y el cuidado del medio ambiente. No debemos seguir exportando los nutrientes de nuestros suelos y no reponerlos por falta de rentabilidad de los cultivos por causa de los derechos de exportación.
4. Sancionar un nuevo proyecto de ley sobre el régimen federal de usos de productos fitosanitarios, a fin de actualizarlo a las demandas sobre la seguridad alimentaria y el cuidado del medio ambiente.
5. Promover políticas que aseguren el reintegro a la propiedad intelectual de los semilleros. No se trata de acciones de lobby en defensa de nadie sino de poner a nuestro país al mismo nivel de la legislación del MERCOSUR y del mundo.
6. Establecer una legislación cuyo objetivo sea cubrir los riesgos agrícolas y comerciales, que incentive el mayor uso del seguro privado y la creación de un fondo permanente anticíclico, para atender los fenómenos climáticos no previsibles.
7. Modificar la actual ley de Warrant vigente desde el año 1914, porque necesitamos abaratar la financiación adaptando la actual ley al nuevo y más moderno sistemas de producción, comercialización, industrialización y exportación.
Los enunciados no son principios teóricos: son algunos de los instrumentos que usaron los países más exitosos para los que hay el más alto nivel de vida para sus habitantes.
Esto es lo que están alcanzando, por ejemplo, los miembros de BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): simultáneo desarrollo económico y alto nivel de integración social.
Todos los debates ideológicos terminan cuando los que tienen menos viven cada día mejor. Este fue el mandato –y no otro- que se recibió hace tres años desde el fondo de los campos en los memorables días de la 125 y hoy se mantiene vigente si analizamos los reclamos de la mayoría de los productores.
Por Arturo Navarro. Consultor Agropecuario