En muchas ciudades se está comenzando a hacer una gestión acorde en el manejo de las Residuos Sólidos Urbanos con la implementación de una disposición inicial, recolección y transporte diferenciados. Los ciudadanos separan la basura en dos bolsas distintas, de acuerdo a los residuos que se desechen, y pasan los camiones a distintos horarios para recolectas las bolsas específicas.
No quiere decir que con solo separar en origen a los residuos se solucione el problema. Aunque estén separados y teóricamente no presenten tantas complicaciones ambientales, los mismos aún deben ser tratados y dispuestos en un lugar apto para recibirlos. Aquí es donde se abren grandes interrogantes: ¿Ud. Sabe dónde va la bolsa, una vez que el camión de la basura se las lleva? ¿Se realiza algún tipo de tratamiento antes de darle la disposición final? ¿El lugar donde se tiran los residuos, es apto para la recepción de los mismos?
Normalmente, en las ciudades pequeñas no tienen ningún tratamiento previo y se las lleva a un basural a cielo abierto, que en ningún caso cumple con los requisitos ambientales para impedir impactos negativos. ¿Por qué pasa esto? Principalmente el tema es económico. Pero estos costos en realidad son mucho menores a corto plazo pero mucho mayores a largo plazo, ya que de presentarse un problema de contaminación a aguas subterráneas o superficiales, como es muy probable que suceda con los basurales a cielo abierto, la inversión que se tenga que hacer para solucionar el mismo será insignificante en comparación de lo ahorrado en el presente.
Además, hay consideraciones sociales que complican un poco más la situación. Todos queremos sacar la bolsita a la noche, pero ¿quién quiere tener un relleno sanitario cercano a su casa? Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, desde el punto de vista de un ciudadano comprometido con la problemática de los residuos?
Hay varias opciones a seguir, pero si la gestión no es llevada a cabo por las autoridades municipales no tiene mucho sentido, ya que por ejemplo, hacer una separación de los residuos, para que luego pase un camión y las vuelva a juntar son acciones en vano.
Un buen paso para minimizar el impacto negativo de los residuos, es utilizar la “regla de las 5 R”:
· Reemplazar: comprar productos ambientalmente “amigables” en lugar de aquellos que puedan causar impactos negativos.
· Reducir: se ahorra la necesidad de extraer nuevos recursos naturales, y se minimiza el impacto al desecharlos. Por ejemplo, utilizar bolsas de tela para ir a hacer los mandados, y no la bolsa de plástico que se nos ofrece.
· Reutilizar: muchos materiales pueden volver a utilizarse, evitando productos desechables o de mala calidad.
· Reciclar: recuperación directa o indirecta de los componentes de la basura, ya sea reinsertando los productos en el ciclo productivo, como
empleando el material orgánico para compostaje.
· Reparar: arreglar los productos que se nos estropean y no compar uno nuevo cada vez que tenemos un problema.
La generación de residuos no es algo que se deba tomar a la ligera. Se calcula que los residuos generados es de 0,8 a 1,1 Kg. por habitante por día. Teniendo en cuenta una Ciudad de 20.000 habitantes, hablamos de 20 toneladas por día.
Por Nicolás Bardella, Lic. en Biología, UNLP.