Este grupo facturó en el ejercicio cerrado al 31 de marzo de 2010, 31.013 millones de dólares, en tanto que sus activos ascienden a 76.751 millones de dólares.
La parte correspondiente a los agroquímicos se inscribe dentro de la unidad denominada Recursos Minerales, Energía, Químicos y Electrónicos. Esta unidad es la segunda en cuanto aporte a la facturación de la compañía, con el 17% en el ejercicio 2010.
En la Argentina opera en el segmento de los agroquímicos por medio de su subsidiaria Summit Agro Argentina SA, cuya presidencia es ejercida por el ingeniero agrónomo Daniel Stante. El management se completa con otro ingeniero agrónomo al frente de la gerencia Comercial, Marcos Mares, mientras que Miguel Ansai es el responsable de Márketing, y Marcelo Pucci, de la estratégica gerencia de Registros.
Las oficinas centrales se encuentran en la ciudad de Buenos Aires y fueron inauguradas en 2010.
En esa oportunidad, Stante se refirió al crecimiento que registra la empresa “tanto en volumen de negocios como en personal técnico”.
El portfolio de productos cubre prácticamente todo lo que requiere la agricultura extensiva local. Desde sus productos más conocidos, como los herbicidas Sumisoya, basados en el principio activo flumioaxin o Stagger (Pyrafluflen etil), a la línea de fungicidas, insecticidas (por ejemplo Retaker para chinches en soja), acaricidas y tratamiento de semillas.
A propósito, en 2010 la firma cerró una alianza con la empresa de biológicos CKC para potenciar el negocio común que pasa por los inoculantes y la protección de la semilla. De este acuerdo surgió Danjiri ST Pack, que es un fungicida terápico (contiene tres principios activos) que se combina con el inoculante CKC Liquid soja.
La compañía también mantiene una aceitada coordinación con Sumitomo Chemical de Brasil, con la cual realizaron actividades como un seminario sobre malezas resistentes a herbicidas en Foz do Iguazú.
Summit Agro cuenta con una importante red de distribución, en la que compañías de la magnitud de Lartirigoyen comercializan sus productos.
En el mercado se identifica a Summit Agro como un proveedor de productos de alta calidad, hechos a partir de principios activos poco frecuentes. Fuera de este nicho de mercado, no tiene una presencia fuerte en lo que comúnmente se denomina como genéricos y que constituye el grueso de la facturación del negocio agroquímico en la Argentina.
La compañía terceriza la formulación de la mayoría de sus productos en Reopen SA, una de las empresas líderes de ese servicio en la Argentina, mientras que en otros casos (Sempra) son importados directamente formulados (en este caso de Nissan Chemical Ind.).
La empresa fue formalmente inscripta en los registros oficiales argentinos en setiembre de 2001, y tiene a Sumitomo Corporation y Eduardo Represas como accionistas.
Organizacionalmente depende de Summit Agro International Ltd., con base en Tokio (Japón), compañía que alcanzó una facturación en 2009 de 30.500 millones de yenes, que al cambio actual equivaldrían a unos 4.030 millones de dólares, o a 3.420 millones a la paridad de diciembre de 2009.