La base principal de una propuesta de producción de carnes sustentable es definir el marco institucional mínimo para darle previsibilidada quienes tienen que invertir a largo plazo. Así se podrá aumentar la producción y la exportación de proteínas animal para abastecer la creciente demanda mundial.
El desafió es demostrar con dicha propuesta que cuanta mayor cantidad exportemos mejor vamos a abastecer los mercados internos en materia de calidad y precio. La 125º exposición de Palermo y la campaña electoral son el ámbito ideal para que la cadena pecuaria defina en conjunto una propuesta moderna.
La actual crisis ganadera todavía no logrado que los dirigentes de la cadena cárnica puedan consensuar una propuesta para terminar con las políticas que se están implementando hace 60 años y que nos han alejado de todos los mercados mundiales. Abastecer el mercado interno con carne barata y exportar solamente los saldos nunca fue la solución.
Nuestros dirigentes siguen hablando solamente de propuestas de producción de carnes vacuna, sin analizar que los grandes exportadores de carne vacuna son también productores y exportadores de carnes de ave y de cerdo. Esta acción complementaria –granos mas carnes- es una de las bases principales para promover un desarrollo moderno integrando al complejo agroindustrial con los otros sectores de la economía.
Ante esta dispersión de ideas me parece oportuno enumerar el marco institucional mínimo que necesitamos:
1. Prohibir, mediante una ley, que los gobiernos puedan intervenir en el negocio empresario. Esto fue lo que hizo Uruguay para concretar la actual política de carne que le permite crecer sostenidamente aumentando las exportaciones a los países de mayor poder adquisitivo los cortes de mayor valor, y simultáneamente atender el consumo interno sin reducir su consumo.
2. Un único estándar sanitario para todas las plantas de faena. Transparentar el mercado de las carnes es un objetivo prioritario para que exista una sana competencia y de esa forma atraer las nuevas inversiones que necesita toda la cadena.
3. Un sistema de comercialización por cortes para aprovechar al 100% la media res. De esa forma se atiende en forma competitiva las diferentes demandas por zona y por poder adquisitivo, optimizando los costos de los fletes.
4. Un sistema mínimo de trazabilidad que responda a los estándares internacionales y profundizar la campaña sanitaria para ser declarado país libre de aftosa sin vacunación.
5. Atender la agricultura familiar para arraigarlos a su tierra sin castigar al emprendedor.
6. Un sistema universal para atender laseguridad alimentaria de los habitantes que están debajo de la línea de pobreza. Asegurarse de que todos puedan acceder a su cuota básica de proteínas. Pero esto no implica que haya que subsidiar la carne a los 40 millones de argentinos.
Como primera conclusión diría que una política de carnes moderna necesita estar incluida en un plan nacional de crecimiento y desarrollo, con una visión estratégica para el arraigo en todas las regiones del país. Para el desarrollo de la ganadería no precisamos ningún plan patrocinado por el estado. Se necesita que el productor reciba los precios de mercado y que le permitan trabajar en libertad y con dignidad.
Necesitamos que nuestro IPCVA –Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina – sea el instrumento para hacer los cambios que la situación actual demanda. Las políticas a largo plazo se concretan y se consolidan en el tiempo, con el marco institucional que dan las políticas de estado y el respeto de las mismas por todos los miembros de la cadena pecuaria en igualdad de condiciones.
* Consultor. Director de Área Agroindustria de Carta Política.