Molino Victoria SA, con sus 124 años de historia, es una de esas empresas que muestran los vaivenes del sector agropecuario en la Argentina. Fundada por los hermanos Antonio y Bautista Boero, y el tío de ambos, Antonio Boero, a fines del siglo XIX, esta industria, ubicada en la localidad de María Juana, provincia de Santa Fe, continúa en manos de la familia Boero, que es una de las más tradicionales en el negocio agropecuario, ya que han tenido activa presencia en distintas industrias relacionadas al comercio de granos y el sector molinero.
Hoy Molino Victoria cuenta con una capacidad de molienda de trigo de 140.000 toneladas anuales, de las cuales, cerca de 90.000 las procesa en su planta y el resto bajo contratos con establecimientos ubicados en la provincia de Entre Ríos.
Esta última modalidad la comenzó a implementar a partir de 2007, cuando rubricó contractos con los molinos harineros El América y Rosario del Tala (este último luego fue comprado por Molino Cánepa, que luego fue adquirido por Los Grobo, y en la actualidad opera exclusivamente para este grupo).
Al mismo tiempo, la compañía cuenta con una capacidad de acopio de cereales de 70.000 toneladas (50.000 en María Juana y las otras 20.000 en Entre Ríos).
Hoy la empresa tiene dos segmentos muy marcados: el mercado interno y la exportación. Sin lugar a dudas, la primera categoría es la que más influye en su economía y la que más ha crecido en los últimos años.
A su vez, en lo que respecta a mercado interno su operatoria está dividida entre consumo masivo (harinas y premezclas con su marca Ideal), harinas industriales (en bolsas de 25 hasta 50 kg que incluyen harinas fortificados y productos especiales, también con marca Ideal), y por último su división de nutrición animal, segmentada en línea tambo y línea carne que opera con la marca Victoria.
En lo que respecta a exportación envía principalmente a países del Mercosur sus harinas industriales destinadas a la producción de panificados.
Ahora bien, es importante detenerse en sus últimos desarrollos orientados al agregado de valor. En 1999 lanzó su segmento de premezclas a las góndolas. Hoy ofrece preparados para cocinar panes, pizzas, galletitas, bizcochuelos, budines y hasta ñoquis.
Por otro lado, en el segmento industrial también ofrece mejoradores para la industria de galletitas y panificados, al tiempo que tiene premezclas en bolsas de 25 kg para la preparación de panes multicereal, facturas, panes saborizados y pizzas, entre otros muchos productos.
Molino Victoria está presente con sus productos, a través de representantes directos, en las provincias de Buenos Aries, Córdoba, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Catamarca y Tucumán, además de Santa Fe.
Ahora bien, en lo que respecta a los números de la firma, ésta factura anualmente alrededor de $100 millones. Como ejemplo es válido citar a su ejercicio económico cerrado en noviembre de 2009, cuando alcanzó ventas por $109,7 millones y obtuvo una ganancia después de impuestos de $8,7 millones.
A su vez, según el Banco Central, a abril de 2011 los créditos tomados por la firma con entidades bancarias y crediticias radicadas en el país ascendían a $12,6 millones, todo en situación uno (normal, sin atrasos en los pagos), el 47% tomados con el Nuevo Banco de Santa Fe.
Por otro lado, en la última asamblea de la empresa (realizada los primeros días de junio de 2011) se designó como presidente a César Boero Bossi, y como directores titulares a Miguel Bertero Boero y Ricardo Estévez.