Inmersa en un panorama de escasez de agua, esta semana se inició en el norte de Corrientes la campaña de arroz. Entre Ríos se sumaría en los próximos días si la condición en las represas mejora. Este dato no es menor, ya que debido a las bajas lluvias de otoño o a las casi nulas en invierno, el almacenamiento de agua está casi al 50% de su capacidad.
La consecuencia directa de esta situación es que la superficie sembrada se mantendrá en los mismos niveles que el año pasado, cuando fueron 180.000 las hectáreas cultivadas con arroz. “Si no hubiera problemas con el agua estaríamos creciendo un 10 o 15%”, claman desde el sector.
En este sentido, se espera que en Corrientes disminuya levemente la superficie y que, en el futuro inmediato, en Entre Ríos aumente. En consecuencia, una desavenencia climática impide a los arroceros argentinos aprovechar una coyuntura internacional que alienta el cultivo, debido a su buen precio en los mercados mundiales.
Esta escasez arrojará otra consecuencia: viejos pozos profundos para riego podrían volver a emplearse para la siembra y de esa manera compensar un poco el faltante de agua. Este sistema se dejó de lado hace aproximadamente diez años, y por estos tiempos podría recobrar su importancia. Se estima que en Entre Ríos entre 10.000 y
Por otro lado, en relación con los insumos, hay disponibilidad de fertilizantes de arranque y los fertilizantes nitrogenados sufren los avatares de los demás cultivos. En referencia a este tema, Infocampo dialogó con Federico Gallo, gerente de Producción de Copra, quien manifestó que debido a los problemas técnicos que Profértil tuvo, la urea que se consigue suele ser más cara que el año pasado. En este contexto, Hugo Müller, presidente de la fundación Proarroz, indicó: “Hoy en día no se consigue, pero supongo que el panorama va a cambiar para noviembre o diciembre, que es el momento que debemos aplicar la urea”.
Asimismo destacó que si el panorama no presenta cambios, el Gobierno debería permitir la importación del fertilizante.
En consonancia, Jorge Paoloni, presidente de Fedenar, también señaló que en estos momentos el acceso a la urea está complicado, pero por otro lado destacó las dificultades que los pequeños productores tendrán para acceder al fertilizante.
Otro insumo que tiene incidencia en el cultivo es el herbicida. Hace unos años se lo comenzó a importar desde Uruguay, pero en la actualidad no hay resolución activa respecto de este tema. Algunas entidades marcaron que buscarán abrir la importación de herbicida, porque en el país vecino se consigue a mitad de precio. De esta manera, Galló indicó: “Depende de cómo se acomodan los precios. Algunos años se trae, otros no, hay una alta disponibilidad de genéricos en nuestro país. Aunque sea un mercado relativamente chico, en Uruguay hay mejores precios”.
Los costos de producción varían según la zona. Se estima que oscilen entre 1.000 y 1.200 u$s/ha. En relación con el arrendamiento de los terrenos, el arroz debe pagar una cuota por agua y otra por tierra. Los valores van desde 500 hasta 1.000 kilos por hectárea.
Otro dato fundamental tiene estrecha relación con la manera de regar, ya que si se hace mediante represas, la cantidad de gasoil es distinta a que si el riego se implementa mediante el uso de pozos profundos. En el primer caso, el combustible se utiliza para sacar agua de la represa y llevarlo hacia un punto alto para que después irrigue toda la superficie.
El consumo por hectárea depende de la altura hasta la que haya que llevar el agua y va desde 80 hasta 120 l/ha. Con buenos precios en el contexto internacional, muchos productores invirtieron en tecnologías para incrementar su producción, así se pueden observar grandes superficies de cultivo de arroz con trabajos mecanizados.
Este es otro aspecto a destacar del sector, ya que redujo sus costos en relación con la mano de obra. En algunas zonas se emplea una persona cada
Tras reuniones con el titular de Oncca, Ricardo Echegaray, y con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se acordó que el productor perciba entre $0,90 y 0,95 por kilo de arroz cáscara.
Los especialistas coinciden en afirmar que es un sector que no encontró su techo y que le espera un gran futuro. En este sentido los precios de futuro se mantienen estables en septiembre y noviembre. A mediados del mes pasado su precio subió arrastrado por los incrementos en maíz, trigo y soja.