La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner ha empezado a cortejar a los bonistas porque un bajón en los precios de las materias primas, fuente de más de la mitad de las exportaciones del país, está ahondando el temor de los inversores a que la renta fiscal decaiga y haga al gobierno suspender el pago de la deuda externa por segunda vez en esta década.
A los tres años de que su marido y predecesor, Néstor Kirchner, dejó a los bonistas cargando con unas pérdidas del 70% al reestructurar la deuda del país, aumentan las probabilidades de que haya otra debacle.
“Sencillamente no aprenden’, dijo ayer martes Roberto Sánchez-Dahl, que administra una cartera de deuda de mercados emergentes de 600 millones de dólares en la firma Federated Investment Management, de Pittsburgh. Sánchez-Dahl se deshizo de más de la mitad de sus bonos argentinos en julio y quiere vender más. “Es como que repiten el mismo patrón una y otra y otra vez’, agregó.
El descenso de un 18% en el índice UBS/Bloomberg de 26 materias primas desde el 2 de julio significa que el ritmo de crecimiento económico argentino, que tuvo un promedio de un 8,8% durante los cinco últimos años, aminorará a un 5,9% este año y a un 4% en 2009, según el pronóstico mediano en un sondeo de Bloomberg News a seis economistas.
Argentina necesitará tomar prestados 11.300 M/u$s el año próximo en comparación con 6100 M/u$s este año, según indicó un informe de Barclays Capital. Esto sucede cuando las opciones de Argentina en materia de financiación están menguando.
“Veo cosas malas en el futuro de un país con una política económica insostenible que hasta la fecha se han mantenido gracias a los altos precios de las materias primas’, dijo Jonathan Binder, que administra una cartera de activos de mercados emergentes de 2000 M/u$s en INTL Consilium LLC, de Fort Lauderdale (Florida).
Los pleitos de los inversionistas que rechazaron la reestructuración de la deuda en el 2005 le han cerrado al país las puertas de los mercados internacionales de capital.
El ex presidente Néstor Kirchner pagó a los acreedores unos 30 centavos por dólar de valor nominal a los cuatro años de haber suspendido Argentina el pago de bonos por 95.000 M/u$s, la mayor mora soberana de la historia. Cerca de una cuarta parte de los bonistas rechazaron la oferta.
Los demandantes han recurrido a la Justicia para tratar de confiscar de todo, desde almacenes de la Armada y la Fuerza Aérea argentinas en Upper Marloboro, estado de Maryland, hasta el avión presidencial de los Kirchner, Tango 01.
El gobierno argentino ha evitado acudir al mercado en busca de crédito por temor a que los demandantes reclamen como indemnización los pagos de nuevos bonos internacionales.
El gobierno de los Kirchner también perdió el acceso al mercado local porque las imputaciones de que Kirchner amañó las estadísticas de los precios al consumidor el año pasado socavaron la demanda de bonos vinculados con la inflación. Estos bonos representan el 85 por ciento de la deuda pública argentina valorada en pesos.
Daniel Fazio, dirigente sindical en el Instituto Nacional de Estadística y Censos, dijo durante una protesta en febrero del 2007 que una funcionaria nombrada por Kirchner obligó a los empleados a alterar los procedimientos normales de recopilación de datos para mantener baja la tasa de inflación. Los Kirchner dicen que el índice de precios al consumidor es certero.
Goldman Sachs Group Inc., Morgan Stanley y Lehamn Brothers Holdings Inc. emitieron informes de probabilidad de impago sobre Argentina en las dos últimas semanas. Sánchez-Dahl dijo que el país evitará la suspensión de pagos por lo menos “a corto plazo’, gracias a una reservas en divisas casi récord de 47.000 M/u$S.
Fernández de Kirchner dijo ayer martes que el gobierno empleará parte de las reservas internacionales para pagar una deuda de 6700 M/u$s con el Club de París de acreedores.
Fuente: Bloomberg
