Rodrigo Ramírez, gerente general de la consultora Anticipa y ex gerente de la división Agro Basf, analiza a fondo la tendencia en los agronegocios y explica cuáles son las principales demandas del management. Hace foco en la necesidad de “administrar el conocimiento” para que perdure en la compañía, al mismo tiempo que pondera a la tecnología como una de las armas más eficientes con las que hoy cuenta el sector empresarial agropecuario para ganar dinero y tiempo. También sostiene que es indispensable que la mano de obra sea cada vez más especializada.
-¿Cuáles son los principales desafíos que deben enfrentar los empresarios?
-Hoy estamos envueltos en un entorno de negocios que tienen un nivel de complejidad cada vez más alto. Las dos cuestiones básicas que debe afrontar el management son, en primer lugar, la gobalización, los movimientos de capitales y de personas, todo esto está haciendo que las culturas se estén igualando. En segundo lugar está la tecnología, que ha logrado en el último tiempo imprimir un nivel de velocidad muy grande a todo el orden de cosas, te evita la fricción de tiempo y espacio. Entonces estas dos cuestiones básicas son las que deben entender los empresarios y adaptarse.
-En esta misma línea de lo que estás explicando, ¿cómo se materializa la complejidad de los agronegocios?
-Una tendencia muy fuerte es todo lo que tiene que ver con la agricultura de precisión, para poder implementarla hay que generar un cambio muy importante dentro de las organizaciones.
Al mismo tiempo este cambio también está relacionado a toda esa información que se empieza a generar y hay que entender cómo procesarla correctamente para tomar decisiones.
-¿Cómo ves el crecimiento de la agricultura de precisión para los próximos años en la Argentina?
-Mi estimación es que en los próximos cuatro o cinco años el 80% de la agricultura se va a hacer con el sistema de agricultura de precisión, entonces imaginate todo lo que eso requiere dentro de la empresa para poder manejar ese cúmulo de información que vendrá.
Los empresarios tendrán que prepararse y profesionalizarse para entender esta tecnología.
-En este contexto del crecimiento del uso de la tecnología, ¿cómo sería la evolución de la mano de obra?
-La realidad es que ya hay tractores que se manejan solos, la agricultura remota es una realidad, entonces esto lleva a que la mano de obra se especialice cada vez más. El año pasado una empresa de maquinaria presentó su último modelo de tractor y lo describió como una máquina que genera información y permite hacer negocios al mismo tiempo.
-Más allá del crecimiento de la agricultura de precisión, ¿a qué otra cuestión tendrán que adaptarse las empresas para ser competitivas?
-Hay una nueva ola en el sector empresarial que explica que para poder seguir siendo competitivos hay que bajar los costos transaccionales. Por ejemplo, cada vez que se venden granos hay que llenar el formulario 1.116, para esto tiene que haber gente que lo sepa hacer, llevarlo para que lo firme la persona que está haciendo la transacción, después vuelve, luego comprar los sellos y por último llevarlo a la Oncca, todo esto es un gran gasto de tiempo y de dinero. Sería todo más simple si todo fuera digital, entonces veo que hay un desafío muy importante en el management de lo que tiene que ver con la digitalización de las empresas. Esta es una tendencia que no significa que no haya personas, pero sí disminuir los niveles de manualidad, que es donde se encuentran los errores.
-¿Cómo evitar que el conocimiento quede en la persona y no en la organización?
-La clave está en administrar el conocimiento y no retenerlo, entonces a partir del entendimiento de cómo se realizan los procesos actividad por actividad dentro de la organización lo que se termina entendiendo es el conocimiento que las personas tienen dentro de la empresa. Cuando se releva ese conocimiento se captura para la empresa, se digitaliza y finalmente queda en la organización.