A días de arrancar la campaña de trigo, el panorama en materia de fertilizantes se presenta complejo.
En lo que respecta a los fosfatados, el responsable de insumos de una importante distribuidora apuntaba que el valor actual CIF (puesto en puerto argentino) del fosfato diamónico se ubica entre 1250 y 1300 dólares por tonelada.
Sumados los gatos de desestiba, merma, margen de la distribución y flete a campo, el productor debería estar desembolsando hoy unos 1400 dólares por cada tonelada del fertilizante.
“Si hoy se están dando precios unos 150 dólares por debajo es porque no se está considerando el valor de reposición”, opinó la fuente de Infocampo.
En tanto, los fertilizantes nitrogenados también presentan un panorama alcista.
Se sostiene que las últimas cotizaciones que los proveedores del Mar Negro están dando es de 605 dólares, para la urea perlada FOB. Sumado costo y flete hasta puertos argentinos, llegaría a 700 dólares, a lo cual hay que sumarle todos los costos de nacionalización, márgenes, fletes, etcétera.
“Hoy considerando un mix de urea granulada argentina más una parte importada a precios inferiores, a productor debería estar llegando entre 530 y 550 dólares la tonelada”, sostuvo la fuente.
Sin embargo, los distribuidores tienen expectativas todavía más alcistas y hablan de valores de entre 580 y 635 dólares.
Sostienen las fuentes que lo que a esta altura del partido parece quedar claro es que nuevamente se deberá recurrir a la importación de urea para abastecer el mercado interno, si es que la demanda mantiene la tendencia de años anteriores.
En este sentido, había circulado la versión de que Profertil tenía su planta parada por problemas técnicos, lo cual repercutiría sobre el abastecimiento. Pero desde la compañía afirman que solo fue una parada por 72 horas y que de ninguna manera se afectó el flujo comercial al mercado.
La empresa radicada en Bahía Blanca había renovado semanas atrás el acuerdo de precios, por el cual se comprometía a vender la urea a 410 u$s/t, a retirar de puerto.
De todas maneras existe una gran incertidumbre por dos cosas: cómo reaccionará el productor frente a la siembra del trigo, ahora, y a la de maíz, en la primavera.
“No descartamos que se vuelque masivamente a la soja, un cultivo de menor inversión”, especulan las fuentes.