Paralelamente a la participación de los representantes de las cuatro entidades ruralistas, trascendió la propuesta que le llevarían al Gobierno para implementar la promesa del ministro de Economía, Martín Lousteau, de devolver a los pequeños y medianos productores el aumento de las retenciones.
Claro que si el ministro Lousteau pensaba en devolver la retención sólo a agricultores que produjeran hasta 500 toneladas de soja, la propuesta que maneja el ruralismo es bastante más ambiciosa que eso.
De hecho, si se aceptara la propuesta el Gobierno debería devolver las retenciones, según una escala decreciente, a casi el 50% de la cosecha argentina de la oleaginosa.
Las entidades plantean el siguiente esquema:
a) Productores de hasta 600 toneladas anuales: se les reintegrarían 15 puntosporcentuales de retenciones.
b) Productores de entre 601 y 1.500 toneladas: 15 por las primeras 600 y 10% por las 900 siguientes.
c) Productores de entre 1.501 y 3.000 toneladas: 15% por las primeras 600, 10% por las 900 siguientes y 5% por las últimas 1.500.
Según datos que circulan entre los analistas de las entidades, cuya fuente sería la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario, habría unos 73.400 productores que comercializan anualmente menos de 3.000 toneladas, con un volumen total en torno de las 23,7 millones de toneladas.
La propuesta, tal como la piensan los ruralistas, es bastante más exigente que lo prometido por Lousteau, a todo esto desaparecido del teatro de operaciones del conflicto con el campo. Es que Lousteau había hablado de devolverle al productor el diferencial de retenciones entre lo vigente al 11 de marzo (35% para la soja) y la retención móvil del momento de la operación.
Pero las entidades quieren que esos 15 puntos porcentuales se le devuelvan al productor íntegramente, independientemente de lo que efectivamente tribute la soja.
“Si por retención móvil la retención fuera de 35%, queremos que al productor de hasta 600 toneladas se le devuelvan los 15 puntos, es decir que tendría una retención efectiva del 20%”, dijo una fuente que conversó con Infocampo.
La otra gran pregunta es cómo se implementaría el sistema. Los productores deberían inscribirse en un registro según su escala de producción, algo difícil de por sí, dado que la superficie a sembrar varía de año en año.
Al momento de vender el grano, el comprador se fijaría en qué categoría de las cuatro está el vendedor.
Suponiendo que el FAS teórico de la soja fuera de $1.500, a un pool de siembra le pagaría eso menos retención móvil. Si fuera de 40% correspondería pagarle $900.
En cambio, al pequeño productor, de hasta 600 t, le descontaría sólo el 25% pagándole $1.125.
Así planteado no parece ser un sistema que vaya a hacer las delicias de los compradores. “Ese ya no es nuestro problema”, dicen desde el ruralismo.
“Nuestra misión es defender a los productores. El Gobierno que se carga del resto”, aseguran.
