Con la consigna de convertir granos en proteína animal, siempre bajo el lema del agregado de valor, cuatro socios conformaron en 2006 Carpane.
Esta firma, que tiene base en General Alvear, provincia de Buenos Aires, hoy tiene 1.000 madres porcinas en producción y estima que para 2010 su plantel trepará hasta las 4.000. Para concretar este ambicioso proyecto los cuatro socios desembolsarán en total u$s15 millones.
Antonio Riccillo, uno de los líderes del proyecto, explicó a Infocampo: “Tenemos todas las condiciones dadas, desde la sanidad hasta la disponibilidad de granos, por eso tenemos que aspirar a ser líderes en la producción porcina”.
Al mismo tiempo, Riccillo explica que el consumo de carne porcina en el mercado interno está en franco crecimiento, por lo que ahora es el momento de realizar inversiones para incrementar el rodeo nacional y en un futuro comenzar a exportar.
“El caso de la industria avícola es digno de imitar; ellos cuentan con los mismos recursos que nosotros, por eso hay que seguir este modelo para convertirnos en líder”, sentencia el empresario.
La granja porcina de Carpane está instalada bajo un sistema de producción intensivo. En el predio poseen una planta de alimento balanceado con una capacidad de producción de 12 toneladas por hora y los granos y subproductos los compran en un 80% en zonas aledañas.
“Para 2010 tenemos previsto darle trabajo en la granja a 100 personas o más; esta es otra ventaja que habría que ver de este sector: generamos empleo real además de abastecer al mercado interno y pensar en las exportaciones”, detalla Riccillo.
Los socios de Carpane también hacen hincapié en la profesionalización del sector, por eso este 22 de mayo tienen previsto inaugurar su Centro de Capacitación Modelo para la producción porcina, en el que se dictarán charlas y cursos con especialistas nacionales e internacionales. Actualmente ya se están realizando las inscripciones de los alumnos.
Antonio Riccillo tiene una gran vocación por la ganadería, además de este proyecto es propietario de un feedlot en Saladillo con capacidad de encierre de 15.000 animales y que termina por año unos 50.000 terneros, además de otro criadero porcino de menor escala.
Otro de los socios de Carpane también está ligado al sector agropecuario, pero, por el contrario, los otros dos restantes no tienen historia en el agro.
“Los dos socios que no son del sector agropecuario tampoco viven en la Argentina, es más, su trabajo no tiene nada que ver con esto sino que trabajan para la empresa Disney; pero como nos conocen y les transmitimos nuestra pasión por el negocio y las perspectivas de crecimiento que hay se decidieron a invertir en la producción porcina”, explica Riccillo.
Según las previsiones de la firma para 2010 las 4.000 madres en producción darán unos 100.000 lechones al año, que una vez gordos (105 kg) significarán una producción de 11.000 toneladas de cerdo por año y una facturación que rondaría alrededor de $30 millones. Con estos números es lógico que a pesar de no conocer el sector los inversionistas se entusiasmen con el proyecto.
Para concretar este ambicioso plan la genética juega un papel fundamental en el esquema y las proyecciones. Hoy la granja está completamente poblada con cerdos de genética de la firma UPB Genetic World, una de las líderes en su segmento, que tiene su base de operaciones en España. La concesión del negocio genético de UPB hoy la tiene en nuestro país La Botica UPB Argentina, que asesora y fiscaliza a Carpane para que el proyecto se cumpla en el tiempo estimado.
