El negocio de los seguros agrícolas en la campaña 2006/07 tuvo un volumen de operaciones por $460 millones (datos al 30 de junio de 2007), lo que representa una suba del 47% con relación al ciclo anterior (unos $312 millones) de acuerdo con datos de Carlos González Prieto, consultor de Seguros Agrícolas de la Sagpya.
Aproximadamente, el 40% de la superficie sembrada en el país está asegurada, esto es unas 11 millones de hectáreas sobre un cálculo de unas 28 millones de hectáreas agrícolas.
Más atrás en el tiempo, hace unos quince años, allá por la campaña 1992/1993, el volumen negociado llegaba a u$s30 millones (o $30 millones, ya que eran momentos de la paridad cambiaria), pero la agricultura tuvo un crecimiento explosivo desde aquel entonces -empujado por la soja que cambió la matriz productiva- y la venta de esta cobertura acompañó este crecimiento.
Así, las cifras muestran que el negocio se quintuplicó. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que este incremento está atado a la evolución de los precios de los granos.
Y es justamente esta razón, el valor de la producción, lo que apuntala la tendencia de los productores a tomar esta cobertura. Las heladas del 15 y 16 de noviembre y las de la primera semana del mes, que castigaron fuerte al maíz y al trigo, pusieron en relieve la importancia de contar con un seguro.
Eduardo Porcel, auditor de riesgo agropecuario del grupo Asegurador La Segunda, señaló al respecto que el productor no está tan habituado a tomar la cobertura de granizo, helada y viento, sino que por una cuestión cultural toma más la de granizo tradicional.
Por otro lado, también cuenta con más información de las condiciones climáticas a largo plazo y la presencia de heladas tardías ya estaban previstas.
“Creo que las pérdidas se podrían haber evitado y muchos lo han hecho, pero en menor medida”, explicó el especialista a Infocampo.
“En general el productor toma la cobertura en función de antecedentes de otras campañas. Nosotros tuvimos una gran afluencia de aseguramiento en el sur de Buenos Aires, más que nada en el suroeste, y también en el sur de Córdoba”, agregó Porcel.
Por ejemplo, en el caso de las heladas, la cobertura de La Segunda en trigo, que se otorga como un adicional de granizo, arranca en la etapa reproductiva del cultivo -sin fecha calendario- y con 7 días de carencia.
Si se quiere asegurar este cultivo el cálculo estimado (caso de ejmplo) sobre un valor de $300 la tonelada y con un rinde promedio de 5.000 kg/ha, para un lote de 50 ha sería de $75.000 totales, dentro del cual hay que tener en cuenta el valor del seguro que ronda el 2% (exclusivo para heladas), unos $1.500 de prima y una franquicia del 20%, a cargo del productor. La indemnización sólo procederá cuando el daño supere el 20% de la suma asegurada que corresponda a la superficie total del lote asegurado.
“En seguros agrícolas debe tenerse en cuenta el concepto de siniestralidad, esto es de lo que el mercado de seguros cobra de prima, cuánto vuelve por reintegro a los productores. Hoy el 76% vuelve a chacareros”, destacó González Prieto.