La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) salió con los tapones de punta contra la industria aceitera. En un comunicado de prensa difundido el martes 27 de febrero solicitó poner fin al subsidio de 3,5% que representa el diferencial de derechos de exportación a favor de los productos del procesamiento del poroto de soja.
Es que este 3,5%, mantenido incluso durante el gobierno de Menem (cuando se eliminaron las retenciones), tenía por objeto estimular la radicación de la industria aceitera. Hoy el beneficio resulta de comprar el poroto con un descuento de 27,5% y exportar los subproductos (harina, aceite y cáscara) con 24%.
Si esta campaña se procesaran 35 millones de toneladas (Mt) de soja, sobre un total de 45, a razón de 625 $/t, ese 3,5% resultaría una resignación por parte de los productores de más de $750 millones.
âEl objetivo de conformar una industria (aceitera) moderna y con creces ya está logradoâ, dicen desde la organización que lidera Pedro Apaolaza, que además apunta los cañones a la importación de soja desde Paraguay, Bolivia y Brasil.
âEs un contrasentido que va en detrimento del sector primario importar soja para industrializar y al mismo tiempo exportar el poroto sin procesarâ, señalan los ruralistas.
â(Esto) deja en evidencia una maniobra tendiente a morigerar el precio de la soja a nivel localâ, agrega el comunicado.
Es que los de Carbap sospechan que la soja importada actuará como instrumento para manejar el precio que reciben los chacreros argentinos.
âDesde Carbap reclamamos la eliminación del subsidio a la industria aceiteraâ, termina el comunicado. Hasta el cierre de esta edición, desde Ciara, cámara de los aceiteros, no había salido una respuesta.
