La siembra tardía, con gran presencia de chicharritas, sumado al uso de materiales de altísimo potencial, pero de escasa tolerancia, contribuyeron a la aparición del Mal de Río Cuarto en la zona endémica.
Fuentes consultadas por Infocampo cuantificaron que de las 300 mil hectáreas sembradas con maíz en Río Cuarto, âun 50% presenta algún nivel de síntomaâ.
De esas 150 mil hectáreas, âexiste un porcentaje con algún nivel de afectación importante, aunque aún no se puede precisarâ, indicaron.
Los informantes explicaron que la dificultad para cuantificar la afectación se origina, entre otras cosas, en que parte de esos maíces se picaron para consumo animal y otro tanto se resembró.
Los especialistas coinciden en que la reaparición de esta enfermedad, que ya lleva casi 40 años desde su detección en esa región de Córdoba, se debió a una sumatoria de factores, como la siembra tardía âmuchos productores implantaron más allá del 15 de octubre, demorados por la importante seca-, la gran presencia del vector (chicharrita) y la incorporación de materiales de altísimo potencial, pero muy poco tolerantes.
Precisamente, aquellos materiales de mayor potencial fueron los más afectados por esta enfermedad, cuya aparición más reciente fue en la campaña 2003/2004 en el norte de Buenos Aires.
En este sentido, el ingeniero Guillermo Eyherabide, coordinador del Programa Nacional de Cereales del Inta, recordó que en esta campaña âha sido evidente una mayor incidencia de Mal de Río Cuarto en Pergamino, aún con siembras relativamente tempranas (20 de septiembre), especialmente en ciertos fondos genéticosâ.
El también integrante de la Comisión de Producción, Ciencia y Tecnología de Maizar reconoció que ante la reaparición de la enfermedad âsurgen nuevos interrogantes, como si podría resultar factible un doble cultivo trigo/maíz de segundaâ, teniendo en cuenta que el primero sirve de reservorio para el Mal de Río Cuarto.
Otro de los interrogantes que dejó Eyherabide está relacionado con el nivel de tolerancia o resistencia genética de los híbridos actuales, en relación a esa rotación; y recordó que actualmente se están evaluando a campo materiales transgénicos resistentes a la enfermedad.
Hasta tanto, el experto recomendó analizar el âcomportamiento de híbridos frente a la enfermedad, a fin de ponderar adecuadamente los riesgos al momento de decidir cuál sembrarâ, y reconoció que entre los híbridos comerciales disponibles continúan existiendo diferencias, que se reflejarán en los rendimientos relativos.
Marianela Garbini
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