Navarro nombra a una política que asegure estabilidad al productor. Los instrumentos a utilizar son: una nueva ley de emergencia agropecuaria, políticas de seguros y un fondo permanente para atender desastres no previsibles
El ex presidente de CRA, Arturo Navarro, elaboró un artículo en el que explica que el sector agropecuario debe tener una política de Estado para atender los riesgos climáticos y comerciales, además de una política que le asegure al productor las inversiones y su estabilidad social a través de los años.
Explicó que los tres instrumentos de esa política deberían ser una nueva ley de emergencia agropecuaria, una política de seguros agropecuarios y disponer de un fondo permanente para atender los desastres y las catástrofes no previsibles.
Navarro remarcó que la Ley de Emergencia no es antagónica al seguro agropecuario ni lo puede reemplazar. A su vez indicó que estos dos instrumentos pueden cubrir los riesgos por desastres y catástrofes que son responsabilidades indelegables del Estado y deben ser atendidos con un fondo permanente para cubrir dichos eventos. Avance. En su artículo, Navarro explicó que los países que más rápido avanzaron en este tema, instrumentaron mecanismos directos o indirectos para generalizar el uso del seguro sin que el sistema sea obligatorio.
En este sentido, Navarro mencionó la excepción de impuesto y el subsidio directo a la prima, y todo otro método de inducción al uso del seguro, como puede ser una menor tasa de interés en los créditos de los bancos oficiales que usen seguro o que sirva parte de la prima por el seguro como pago de la tasa o impuesto provincial.
Navarro indicó que en su propuesta el mayor protagonismo le corresponde a las provincias y a los municipios, por estar más cerca del productor, mientras mencionó que la Nación debe fijar la política nacional y a las provincias que adhieran a la misma.
También remarcó que otra forma de incentivar el uso del seguro es disponer que la nueva ley de emergencia agropecuaria no cubra los créditos de los bancos oficiales, por lo cual todo productor que quiera asegurar su inversión tenga que tomar un seguro, decisión que directamente debería bajar la tasas de interés general del banco, al no tener inmovilizado capital por emergencia agropecuaria de bienes que sean asegurables.
Los países que implementaron este tipo de políticas concluyeron en que era más barato para el Estado un sistema mixto público-privado que hacerse responsable de atender en forma directa y con sistemas obligatorios los riesgos climáticos. Inclusive los países más avanzados dispusieron que para atender con fondos públicos los desastres o las catástrofes de un productor, éste tiene la obligación âpara poder cobrar ese beneficioâ de asegurar todos los bienes asegurables en su predio.
En este contexto, Navarro dijo que con este sistema se induce al uso del seguro, se solidariza más el sistema y se ayuda a orientar más eficientemente el gasto del Estado.
