– ¿Cuáles fueron los hechos más destacados de 2006?
– Fue un año de estabilidad después del auge de 2004/05, aunque las inversiones cayeron un 30%. No obstante, se siguen renovando cosechadoras de alta tecnología principalmente en lo que respecta a las máquinas axiales, que constituyen el futuro. Un 60% de las inversiones de contratistas en cosecha ha sido en axiales, porque las grandes explotaciones requieren cada vez mejor tecnología para lograr un menor daño mecánico del grano y una mayor capacidad de trabajo. De todas maneras, a pesar de que se vislumbra un recambio, las máquinas convencionales siguen dominando el mercado.
– ¿Qué es lo que busca hoy el contratista?
– Los asociados, tanto en cosecha como en siembra buscan mayor tecnología y más ancho de labor. La capacidad de trabajo, para bajar costos, se ha aumentado por lo menos entre un 20% y un 30%.
– ¿Cómo se trabajó en la campaña 2006 y qué perspectivas tienen para 2007?
– Terminamos el año enojados con el Gobierno y eso nos preocupa para lo que viene porque no tenemos reglas claras y a la hora de invertir en nuevas tecnologías, cuando no hay apoyo del Estado todo es más complicado. Pero el contratista espera seguir creciendo en 2007.
– ¿Qué necesitan para invertir más?
Las líneas de crédito que hay hoy, a tasas altas del 12 al 15% anual, no son favorables. No se puede pagar la totalidad de un crédito para una máquina de 250.000 dólares, a un plazo de cinco años, con el propio trabajo de la unidad. El que saca un crédito hoy es porque tiene al menos tres cosechadoras funcionando para pagar una. Las tasas tendrían que ser de un 7% como las que tenía el Banco Nación en la época de la convertibilidad.
– ¿Cuál es la clave de rentabilidad?
– El contratista está tomando muchos seguros, va tomando conciencia de la importancia de cubrir los cultivos que se hacen a terceros. Hay un boom. Por otro lado, es clave que el contratista amplíe la prestación de servicios. El que tiene sólo cosechadora va a tener que hacer siembra, pulverización, picado de granos. Incluso hasta tener su propio medio de transporte para movilizar sus máquinas en vez de alquilarlo. El contratista tiene que saber que se viene la demanda de todo lo que está vinculado a la agricultura de precisión con mapeos de suelo y monitores de rendimiento, principalmente, con una demanda de inversión de entre 7.000 y 8.000 dólares.
– ¿Cómo ha evolucionado la federación de contratistas?
– En 2006, en la Asociación Propietarios de Máquinas Rurales Casilda, a la que pertenezco, incorporamos 282 nuevos asociados. Fue un año muy bueno y superamos ya los 1.800 contratistas. El mayor incremento se hizo puntualmente en Buenos Aires.
– ¿En qué porcentaje los contratistas tienen lotes propios?
– El pequeño y mediano productor se volvió contratista porque con un pequeño campo es difícil amortizar una máquina de punta. Hoy un 40% de contratistas tiene campos propios. Por ejemplo, un contratista medio tiene 100 ha propias, arrienda 400 ha y presta servicios a terceros en 1.000 ha y su capacidad de trabajo es con dos cosechadoras, pulverizadoras, equipos de siembra, y embolsadoras.