Esta cita, que perfectamente podría corresponder a un análisis de situación actual, fue escrita en 1985 por Eduardo Jacobs y Marta Gutiérrez, en la obra titulada âLa Industria Semillera en la Argentinaâ.
A comienzos de los 80, la superficie sembrada con la oleaginosa no era menor: había crecido de 2 millones de hectáreas en 1981/82 a 3 millones en 1983/84. Según Jacobs y Gutiérrez, la semilla fiscalizada alcanzaba a cubrir el 50% de un área de 2,3 millones de hectáreas, en tanto que el desarrollo del mejoramiento local era incipiente.
âAl igual que en el trigo, la soja es una especie autógama y que puede ser reproducida por los agricultores con los cuidados mínimos, sin perder por ello su pureza varietal. Este elemento ha contribuido a que este cultivo no sea considerado de interés para su crianza por las grandes empresas, interesadas básicamente en las producciones híbridasâ, apuntan los autores.
El paralelismo con la actualidad, más de veinte años después, no deja de resultar llamativo.
Las empresas transnacionales, como Monsanto (Dekalb), Syngenta (NK), Pioneer o Dow (Morgan) siguen concentradas en híbridos de maíz, girasol y sorgo, en tanto que el negocio de la semilla de soja es atendido por empresas de matriz argentina como Relmó (donde Julio Ferrarotti padre fue pionero con OFPEC SRL), Asociados Don Mario (hermanos Bartolomé) o la misma Nidera (familias Loeb y Mayer Wolf), empresa que a los efectos del negocio semillero se la puede considerar local.
En tanto, la participación de la semilla fiscalizada de la soja no sólo no se mantuvo sino que retrocedió. Los aproximadamente 7 millones de rótulos emitidos cubren una superficie de 3,5 millones de hectáreas, un 25% de un área de 15 millones de hectáreas (para esta campaña ya se esperan 16,1 millones).
Respecto de la en ese momento reciente ley de semillas 20.247, Jacobs y Gutiérrez hacían la siguiente observación: âLos fitomejoradores o las empresas obtienen los títulos de propiedad por sus creaciones, pero en gran medida no reciben las regalías que les corresponderían porque las ventas de semillas escapan a los cursos legales de circulaciónâ.
La revelación no es muy alentadora. En tantos años no se ha avanzado nada.
Hoy se podría decir que la única novedad de los últimos años fue la introducción de la regalía extendida, respecto de la cual no hay información oficial de su magnitud real como mecanismo de recuperación de valor.
En tanto, daría la impresión de que el mercado tiende a mantener el status quo. No hay novedades respecto de la Resolución 338, por la cual se busca circunscribir el uso propio, tal como lo consagra la ley, a los productores de menor escala.