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El pavo quiere volver a la mesa argentina

Si bien el consumo interno es bajo, apenas llega a los 100 gramos por habitante por año, esta carne es muy apreciada en el resto del mundo.

Si bien el consumo interno es bajo, apenas llega a los 100 gramos por habitante por año, esta carne es muy apreciada en el resto del mundo.
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Aunque el paladar argentino no está acostumbrado al consumo de pavo, esta carne es muy aceptada por su bajo tenor graso, no sólo en el hemisferio norte, sino también por nuestros vecinos del Mercosur: Chile y Brasil. En la Argentina la ingesta anual per cápita es de unos 100 gramos, mientras que en estos países alcanza los 3 a 5 kilos. La mayoría de la producción nacional (no hay una estadística oficial) se cría para el autoconsumo, y las empresas que venden el producto elaborado lo hacen en su mayoría con materia prima importada. Este año se compraron unas 236 toneladas de Brasil y Chile, según datos provistos por el Senasa, por un valor que llega a u$s 1.970 la tonelada. El consumo es estacional y aumenta en esta época, para las fiestas de fin de año. Quizá porque los beneficios nutritivos son poco conocidos: cada 100 gramos tienen 29,3 gramos de proteína, es que la demanda interna se mantiene estable. No obstante, en el Inta Pergamino, una de las únicas instituciones del país que se especializa en esta producción desde hace 30 años, ya notaron un repunte en este negocio. Este año vendieron 12.000 pavitos bebés de la línea que desarrollaron, un híbrido blanco de pechuga ancha, a productores de distintas provincias del país y recibieron también a interesados de Bolivia, Paraguay y Ecuador. Cada pavito bebé para reproducir lo venden a $ 4 (menos de 100 animales) y a $ 3,50 (si son más de 100). âLa producción la hacemos de julio a noviembre; a mediados de junio empiezan a incubar por un plazo de 28 díasâ, contó Alberto Terzaghi, técnico de Aves del Inta Pergamino. Los animales alcanzan su peso óptimo de faena entre las 15 y las 16 semanas, cuando el promedio de peso llega a los 6 o 7 kg aproximadamente.

El plan sanitario del pavo es menor que el ponedoras o parrilleros. Se hacen vacunaciones contra newcastle y disteria, y para cada edad existe un programa de alimentación. Se utilizan balanceados, maíz y soja (el poroto desactivado) y harina de carne. Debido a que los animales alcanzan un gran tamaño, los huevos se obtienen por inseminación artificial. En el Inta realizan un curso de capacitación anual de cría y reproducción, donde se explica el manejo para cada etapa.

En la comercialización, el Frigorífico del Centro SA (con su planta en Río Cuarto, Córdoba, y distribución en Buenos Aires) realiza toda la cadena de valor. Otras empresas como Campo Austral SA elaboran productos premium envasados como salchichas y pechuga. âNecesitamos que la carne sea uniforme, por eso compramos básicamente a Brasilâ, señaló Carolina Medina, gerente de Marketing de la firma, que vende hasta 2 toneladas mensuales a hipermercados y restaurantes.

Alexia Gimenez
agimenez@infocampo.com.ar

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