A tres años de su implementación la Ley 25.422, liberó fondos crediticios que permitieron, entre otros logros, concretar la compra de 280 mil vientres y cerca de 9 mil carneros, el tendido de más de 1.400 kilómetros de alambrados, la realización de 1.631 obras de infraestructura (riego, molinos, tanques, bebederos y aguadas), además del pago de unos 31.200 jornales de trabajo generados.
Los aportes no reintegrables se destinaron, además del financiamiento total del Programa de Asistencia para el Mejoramiento de la Calidad de la Lana (PROLANA), para la organización de productores y cooperativas, capacitación, campañas sanitarias y para el desarrollo de protocolos de calidad, entre otros proyectos.
Más allá de los satisfactorios resultados obtenidos, la comisión reunida analizó las posibilidades de optimizar la asignación, utilización y recupero de los créditos, para lo cual se propuso la revisión del manual operativo correspondiente al manejo de los proyectos que aplican a la ley, como así también, promocionar la participación del productor dentro de la cadena comercializadora de carne ovina.
Cabe destacar que uno de los principales objetivos de la ley, es incrementar el stock de cabezas de ganado ovino a través de créditos flexibles, los que se presentan en distintas variantes y se otorgan por medio de un fondo fiduciario bajo la supervisión de las provincias, el SENASA, el INTA y con la aprobación de la SAGPyA.
