Hace un año y medio, Juan Rusinek decidió apostar por el desarrollo agropecuario, y en su estancia Santa María, de 1.300 hectáreas, ubicada en Gualeguaychú (sur de Entre Ríos) emprendió una producción diversificada con soja, ganadería y helicicultura. Buscando una planta similar al nabo, pero que esté disponible en invierno, para la alimentación de los caracoles, descubrió la canola, y este cultivo cambió todo su planteo. Del ensayo de 20 hectáreas realizado en la campaña pasada con la oleaginosa, pasó a sembrar 800 hectáreas, el 62% del total, y a instalar en medio del campo una planta elaboradora de aceite.
En enero de este año lanzó al mercado el producto con el nombre de Krol en dos presentaciones de 250 ml y 500 ml que se vende en dietéticas e hipermercados de todo el país. Hoy la empresa de Rusinek Amerika 2001 es la única abastecedora de este aceite en el mercado interno (produce 1,20 M de litros) y la única que integra toda la cadena de valor: la producción, industrialización y comercialización de la canola, con la certificación ISO 9.000. Rusinek asegura que el aceite se está vendiendo muy bien, a un precio inferior al de extra virgen de oliva (que tiene un valor superior a los $12) pero más alto que el de girasol (que está entre $4,50 y $6), pero por el momento no hay perspectivas de exportarlo porque si bien la planta no está trabajando con su capacidad a full (actualmente procesa 4.000 toneladas anuales de grano, operando en un solo turno diario), es difícil abastecerse de la materia prima. Este año, le compró toda la producción a sus vecinos entrerrianos, con quienes formó “el club de la canola”, una especie de cluster que se reúne mensualmente. Además, salió a comprar en San Luis y Buenos Aires para completar la molienda, pagando un precio más que interesante, unos u$s280, cuando otros demandantes del mercado pagaban u$s260.
La canola (como se la llama en el continente americano, en Europa colza) puede rotarse muy bien con soja. “Mejor que el trigo”, dice Rusinek, “porque se cosecha un mes antes y permite una siembra de soja en una época apropiada”. En el país, según datos de la Sagpya, se sembraron unas 16.000 hectáreas en 2004/05, y casi la mitad en la campaña pasada. “Con buenos precios, es un cultivo con un enorme potencial que se puede desarrollar muy bien en el país, pero falta mucho por hacer en lo que respecta al mejoramiento genético. El promedio de rindes nacional es de 1.500 a 2.000 kg/ha cuando en Polonia se logran 6.000 kg/ha”, agregó el empresario, que viajó especialmente a este país para interiorizarse, donde algunas industrias llevan más de 100 años de funcionamiento y donde el 85% del aceite consumido es de colza.
Las buenas perspectivas del negocio, que avizoró Rusinek, ya la están viendo otras empresas como Bayer y Dow Agrosciences, que tendrían la inquietud en multiplicar canola, y en el caso de la última empresa para la elaboración de galletitas.
¿Cómo se animó a incursionar de lleno en cultivo con poco desarrollo en el país? “Soy un empresario y por eso arriesgo, viajé mucho por el mundo y vi el negocio. Y en ningún momento me preocupé por la coyuntura política”, concluyó Rusinek.
âNuestra idea es que se asocie Krol con saludâ
“Nuestra idea es que asocien Krol con salud, por eso participamos en congresos que se realizan en todo el país referidos a medicina y nutrición. En Europa es conocido como el aceite del corazón porque reduce el nivel de colesterol en la sangre de 10 a 20%, tiene la mitad de grasas saturadas con respecto a cualquier otro aceite comestible y 10 veces más de Omega 3 que el aceite de girasol u oliva”, destacó Rusinek, para agregar que en breve lanzarán un nuevo aceite medicinal más rico en Omega 3, un compuesto de ácidos grasos que protegen contra los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares. Tiene también Omega 6, un ácido que nuestro organismo no puede producir por sí mismo y que debe incoporar a través de los alimentos. El nombre elegido para la comercialización del producto, Krol, responde a las exigencias del marketing, es monosilábico y suena fuerte. Es de origen polaco, y en español significa rey. En lo que respecta al sabor, el aceite de colza es más suave que el de oliva.
Alexia Gimenez
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