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Tecnología para rindes de oro

Con una convocatoria muy calificada de técnicos, productores y algunos medios de prensa, Basf realizó una jornada a campo en la que abrió las puertas de su cocina de ensayos en Otamendi (30 km de Mar del Plata).

Con una convocatoria muy calificada de técnicos, productores y algunos medios de prensa, Basf realizó una jornada a campo en la que abrió las puertas de su cocina de ensayos en Otamendi (30 km de Mar del Plata).
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Se discutió sobre el manejo de trigos de alta sensibilidad para obtener rindes de 10.000 kg y se mostró cómo trabaja la empresa en los ensayos de nuevos productos. Además, algo que se viene: los primeros ensayos en agricultura de precisión en aplicación de fungicidas. 

En las últimas dos campañas el área de trigo perdió 1 millón de ha y 4 millones de toneladas de producción. La preocupación de técnicos, productores y empresas por lograr mejores rendimientos y costos más finos en trigos de alta sensibilidad a la roya de la hoja lleva a probar nuevos desarrollos. El rinde promedio nacional del trigo es de 2.600 kg; el de Buenos Aires (la mejor provincia) 2.970 kg. De esta manera, los 10.000 kg a los que apuntan los ensayos de Basf con trigos Baguette 21 en la zona de Mar del Plata conforman una revolución.

La estancia propiedad de La Angelita S.A. (en Otamendi), fue el lugar elegido por Basf para demostrar que, con genética de alto rinde, adecuada nutrición y buena protección ante enfermedades, los trigos susceptibles a enfermedades pueden lograr rindes muy elevados.

La siembra comenzó el 29 de mayo. Se sembró sobre rastrojo de papa, apuntando a 330 semillas/m2 pensando en un coeficiente de logro del 90%. Con esto se obtuvo una densidad de 750 espigas/m2, por efecto del macollamiento. A la siembra, el análisis de suelo daba un lote que contaba con 44 partes por millón de fósforo y de 60 ppm de nitrógeno. A eso se le agregaron 32 kg de fosfato diamónico, como arrancador y previo a macollaje, se le agregaron de 80kg/ha de nitrógeno en forma de urea.

La idea fue buscar el máximo potencial de rendimiento haciendo dos aplicaciones de fungicidas, pero sin duplicar la dosis. La recomendación para Baguette 21 es aplicar, en este ambiente específico, una dosis en estado Z 32 (para proteger todo lo que no es hoja bandera) y una segunda en Z 39 (hoja bandera) con la idea de proteger esta vital fuente de fotosintantos para el grano. Para la primera se recomienda 50% de la dosis de Allegro que permite tener ya estrobilurina; en la segunda se baja de 1 litro (dosis máxima recomendada) a 0,700 l de Opera.

Anticipación. Se busca estar lo más “encima” del cultivo posible y adelantarse a cualquier tipo de infección. De esta manera, se puede hacer un control más apropiado y no se espera a la aparición de las enfermedades para hacer la aplicación. La más problemática es la roya de la hoja o anaranjada del trigo que, cuando la infección es tardía y en cultivares altamente susceptibles, llega al 30% de pérdida de rendimiento.

“Se perdieron cuatro años al principio de la aplicación de fungicidas porque sólo lo hacía para fusarium en floración; el producto se aplicaba muy tarde y no había impacto en el rendimiento. Al adelantar la aplicación unos 20 días empezaron a notarse las diferencias”, explicó José di Ricco, Crop Manager Marketing de Basf.

“La idea es que el productor empiece a pensar en la aplicación de fungicida como un insumo, un factor de producción y no un elemento para apagar incendios”, dijo durante la recorrida Saúl Campo, Technical Crop Manager de la compañía química.

El clima no ayudó y un par de meses totalmente secos (marzo y agosto) y un noviembre no muy auspicioso hacen que se esperen rindes que superen los 8.000 kg

En la subregión IV y la II Norte, trigos de alto potencial de rinde, productores y técnicos están concientizados de la utilización de fungicidas, pero, en el resto de las subregiones, en general, se trata de no usar. El impacto de la utilización de fungicidas es de u$s15 en las zonas donde se usa menos y de 30 dólares en donde se requieren dosis altas.

“En mayor o menor medida todas las variedades demuestran un impacto ante las enfermedades; aunque muchas no muestran el signo de la enfermedad no quiere decir que no tenga un gasto energético para defenderse que luego afecte el rinde”, explicó Campo. De todos modos, no podemos decir que hay que usar fungicidas en todos los trigos, pero sí monitorearlos y seguirlos, porque el cultivar que hoy es resistente puede no serlo dentro de unos años por la aparición de una raza nueva.

Medida Justa

En Otamendi, Basf está trabajando para poder evaluar curvas de respuestas ante la aplicación y poder hacer un manejo por ambientes. El trabajo, netamente innovador, redundaría en un mejor manejo: menos ingredientes activos por ha o el justo con menos polución, dosis más adecuadas al ambiente que se trabaje y más rentabilidad a la decisión de uso. En los ensayos, el fungicida no se usa por debajo de la dosis de control, terapéutica, de 0,750 litros de Opera) y se va subiendo de 0,250 litros hasta llegar a la dosis máxima (1,5 litros). Se busca la dosis óptima técnica y económicamente.

Juan Ignacio Martinez Dodda
jdodda@infocampo.com.ar

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