Las empresas agrupadas en la Cámara de Productos Veterinarios (Caprove) diseñaron un mecanismo de comercialización de promotores de crecimiento para bovinos. En el diseño original del plan ganadero nacional se autorizaba el uso de estos productos pero luego quedó de lado en la presentación final.
La propuesta es la siguiente: el ganadero solicita el producto a los laboratorios para lo cual deberá contar con una receta confeccionada por triplicado por el veterinario. El laboratorio luego chequea con el Senasa si el establecimiento está habilitado para usar anabólicos y el volumen del rodeo declarado y, una vez recibida la autorización, envía la partida al ganadero y liquida la comisión correspondiente al veterinario. Una copia de esa receta quedaría en Senasa, otra en el laboratorio y otra en manos del productor.
De este modo, tanto los organismos públicos como frigoríficos y productores estarían en condiciones de certificar ante el mercado europeo quien usó anabólicos.
La discusión sobre la utilización de estos promotores de crecimiento que fueron prohibidos por la Sagpya en marzo del 2004, lleva unos cuantos años. El argumento que sostienen la industria veterinaria y los engordadores a corral es que está demostrado por la Organización Mundial de la Salud que son productos inocuos, es decir, que no generan trastornos en la salud humana. Un antecedente en el que se apoyan es que en julio de 1999 la Organización Mundial de Comercio (OMC) obligó a la Unión Europea a pagar u$s116 millones anuales a los Estados Unidos y Canadá por prohibir el ingreso de carne de esos países donde esta herramienta es utilizada en forma masiva.
Según los especialistas se lograría producir entre 10 y 15% más de carne con los mismos costos, ya que, sostienen, los anabólicos permiten que los animales conviertan mejor el alimento que se le suministra y, al mismo tiempo, logran una mejor relación carne-grasa, es decir, que ayudarían a detener el engrasamiento que este año fue notorio en las vaquillonas terminadas a corral cuyos precios sufrieron, por este motivo, una fuerte caída.
Cuando se diseñó el plan ganadero nacional una de las medidas estipuladas era devolverles a los productores la posibilidad de utilizar esta herramienta. Pero en la presentación final no figuró debido a las presiones de los frigoríficos exportadores y de las entidades del agro quienes argumentan que se debe salvaguardar el mercado europeo que no permite el ingreso de carne proveniente de animales en los que se les hayan suministrado anabólicos.
Definen estrategia
Los laboratorios que participan de Caprove se reunirán mañana para discutir una estrategia que les permita volver a gestionar la autorización para el uso de promotores de crecimiento. Además, planean reunirse con las entidades de productores y los frigoríficos para debatir sobre el tema.
Nicolas Razzetti
nrazzetti@infocampo.com.ar
