Desde hace cinco años, la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) viene prestando el servicio de producción de semillas para el Institute of Field and Vegetable Crops (IFVG), de la Universidad de Novi Sad, en Serbia (ex Yugoslavia).
“Básicamente prestamos el servicio de producción en contraestación, tanto para el mantenimiento de la pureza de las líneas, como para la producción de híbridos experimentales o líneas parentales”, señala la ingeniera Marisa Della Magdalena, responsable del programa de mejoramiento de girasol de ACA.
Ella trabaja en el campo de cría que la cooperativa posee en Pergamino, sobre la Ruta 8. Allí llegan los materiales de girasol y maíz que el instituto necesita tener de vuelta en su país, para cuando arrancan las siembras, esto es alrededor del mes de abril. Produciendo la semilla en la Argentina, los genetistas serbios pueden realizar dos producciones al año y aceleran la salida al mercado de los nuevos materiales.
“Trabajamos con girasol, pero también con maíz”, explica la responsable argentina de la producción.
“En algunas campañas, como el año pasado, llegamos a hacer producción de híbridos comerciales. Eso depende de las necesidades que tengan, en función de cómo vino la campaña de producción”, agrega.
En el campo de ACA se dedican unos 3.000 surcos de 5 metros de largo a la producción de estos materiales, más un área que ronda las 12 hectáreas.
Según explicó Della Magdalena, el IFVG es un importante desarrollador de genética en girasol, que abastece a los mercados del este europeo. “Si bien los objetivos de mejoramiento son básicamente los mismos que en la Argentina, las condiciones del cultivo hacen que estos materiales no funcionen bien acá y viceversa”, sostiene.
A la inversa, ACA también está haciendo producción en contraestación de materiales propios en Serbia, como parte del convenio que los vincula.
