Finalmente se concretó la aparición de una nueva cámara de empresas semilleras, cuya intención es disputarle el terreno de la representatividad gremial a la Asociación Semilleros Argentinos, que nuclea a unas 60 compañías dedicadas a la obtención de variedades vegetales.
La iniciativa proviene de Atar Semillas SA, la empresa que fue noticia cuando inscribió híbridos de maíz resistentes a glifosato, a partir de un gen obtenido âdel ambienteâ, como dijeron en la presentación del legajo y que valió una disputa que involucró al secretario Miguel Campos, quien autorizó la inscripción por medio de la Resolución 71.
âSyngenta perdió las demandas que inició porque los jueces entendieron que directamente no había causa de litigioâ, explicó Miguel Ángel González, en ocasión de la presentación de la cámara, realizada el miércoles 22 en el restaurante Las Lilas, de Puerto Madero.
Triunfal, el empresario sostuvo que todo fue âuna parafernalia montada por dos empresasâ, que especificó se trataban de Monsanto y Syngenta. Dijo que lo actuado por Atar estuvo dentro del marco legal de la ley de semillas 20.247. En cuanto a la conformación de la Cámara Argentina de Semilleros, que preside Julio Osella, titular de Atar Semillas SA, González adelantó que había unas diez empresas ya, aunque no las especificó y que muchas más se iban a sumar en el corto plazo. En todo momento, el empresario evitó cargar las tintas contra Nidera, para finalmente adelantar que había una línea de diálogo abierta con esta empresa.
En tanto, el vicepresidente de la CAS es Ricardo Zaccardi, titular del semillero Plusagro, la otra empresa que inscribió maíces con el GA21 en el marco de la Res. 71.
González hizo hincapié que la política de licenciamiento de eventos transgénicos de las grandes multinacionales semilleras estaba dejando afuera a los semilleros nacionales pymes. âCon una regalía de 25 o 27 dólares en la bolsa de maíz (por el evento Bt o RR) terminanos vendiendo bolsas para ellosâ, dijo el empresario, que no por casualidad opera con agroquímicos en el segmento de los genéricos.
Agregó que nadie dejará de traer tecnología a la Argentina, en el caso de que la haya, porque se trata de un mercado relevante. âAdemás, tenemos una capacidad enorme en el Inta, el Conicet o el Instituto Leloir, que supera la de cualquier multinacionalâ, apuntó.
