Infocampo dialogó con la ministra de Economía de Mendoza, Laura Montero, quien explicó la estrategia tomada para defender la cadena vitícola.
-¿En qué consistió el fideicomiso para los productores vitivinícolas?
-El Ministerio desarrolló herramientas previendo una cosecha abundante y con una cadena productiva difícil de estructurar en su equidad distributiva. En principio, compramos uvas a 900 pequeños productores, con lo que aspirábamos a sacar 1 millón de quintales del circuito comercial, y así tendríamos impacto en la formación del precio de la uva. El precio que pagamos fue 32 centavos, y produjimos una suerte de seca en el mercado de la uva, por lo cual el precio subió 10 centavos.
-¿Qué hicieron con esa uva que compraron?
-Esa uva se destinó a quince bodegas que fueron previamente seleccionadas para darle un procesamiento de calidad y norma para sacar un mosto de muy buena calidad.
-¿Y luego cómo continuó el proceso?
-Teníamos dos opciones: o venderlo a un precio razonable o salir a exportarlo. Como vimos que seguían jugando con precios en bajas armamos un consorcio de exportación junto a Cancillería, y se abrió una licitación para concentrar el mosto. Finalmente se vendió ese mosto a un precio razonable de mercado internacional con impacto en la formación de precio.
Participaron bodegas concentradoras chicas que trabajaron en el operativo de compras, ya que vieron la posibilidad de una proyección internacional.
-¿Cuál fue el precio promedio que se terminó licitando ?
-Compramos la uva, hicimos el mosto sulfitado y licitamos su concentración. Hay que calcular que de cada 3.000 litros de mosto se obtiene una tonelada de mosto concentrado, que es lo que finalmente se exporta. Llegamos a sacarle a nuestro mosto sulfitado alrededor de 52 centavos, cuando en el mercado las grandes concentradoras querían pagar de 38 a 40 el litro. Así, logramos levantar el precio de la uva y el mosto sulfitado además de marcar un precio internacional.
-¿Cómo reacciona el sector agroindustrial de Mendoza con esta intervención oficial? -Por supuesto que las tres mosteras grandes que dominan el mercado se quejaron. Pero evidentemente hay intervenciones que se justifican plenamente, cuando hay cuestiones de inequidad distributiva y posición de dominancia en el mercado. La mayoría de los sectores de las distintas entidades gremiales empresarias que agrupan la vitivinicultura apoyaron esto porque vieron que el otro modo era un atentado contra el sistema de construcción de una planificación a mediano plazo.
-Tienen una ley de biocombustibles. ¿Está reglamentada? ¿Qué espera de esa ley?
-Estamos trabajando muy fuerte, hicimos la Subsecretaría de Energía, Hidrocarburo y Minería, y comenzamos a trabajar con la Universidad de Mendoza con un acuerdo con San Pablo, para armar una matriz energética a futuro donde el tema de biocombustible es importantísimo. Además se creó una maestría en la que participan profesores de Brasil. También este año se plantó colza y ayudamos a motorizar una empresa para hacer una pequeña planta de biocombustible para desarrollarlo en el uso agrícola.
-La ganadería vacuna en la provincia tiene un régimen de promoción para el engorde sobre áreas bajo riego, ¿qué resultado dio este régimen de promoción?
-Hay que considerar que Mendoza sólo tiene el 4% de su superficie bajo riego; el resto es secano. Estimamos que unas 280.000 hectáreas tienen capacidad ociosa. Por eso, la idea del plan es otorgar un sobreprecio por los kilos engordados en la provincia. Este proceso se está estimulando. Este año dimos $ 400.000 y esperamos destinar un millón para el año próximo.
