Con menos superficie que los cultivos extensivos, pero con más empleo de mano de obra, el complejo frutihortícola viene creciendo en nuestro país en los últimos años de la mano del mercado externo.
De acuerdo con datos del Indec, ocupa el sexto lugar en el ránking de los complejos exportadores. En 2005 aportó divisas por u$s 1.346 millones, de los cuales el 72% provino de la actividad frutícola y el 28% restante de la hortícola.
Este valor de ventas al exterior está a la par de los números del complejo maicero, cuyas exportaciones alcanzaron u$s 1.394 millones en 2005 y a los u$s 1.399 de la carne vacuna.
Los datos del Indec muestran un despegue explosivo a partir de la salida de la convertibilidad. En 2000, el complejo frutihortícola exportó por u$s 875 millones, el 65% de lo que se exporta en la actualidad.
La primera se desarrolla en el norte del país y la Mesopotamia, principalmente, más un pequeño núcleo en el norte de Buenos Aires. En total abarca una superficie de unas 144.400 hectáreas.
La segunda está emplazada casi exclusivamente en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, donde ocupa unas 48.000 hectáreas bajo riego (el 80% en la provincia rionegrina). Otras 5.000 ha se encuentran en Mendoza.
La producción nacional de fruta fresca alcanza para abastecer el bajo consumo interno, que en los cítricos cayó en una década de 35,6 kilos por habitante por año a 20,7 en la actualidad. Según la Sagpya, en frutas de pepita sólo el 25% de la oferta total se destina al mercado interno. El consumo nacional es un poco más importante en naranjas y mandarinas, pero aún así no alcanza a absorber la mitad de la producción total.
La pera encabeza el ránking de frutas exportadas. En 2005 salieron del país 420.830 toneladas. Rusia fue el principal comprador con 92.726. Que la pera lidere la lista de ventas no es una casualidad, ya que la Argentina es el quinto productor mundial de esta fruta y el primer exportador del mundo.
“Exportamos a más de 60 países, pero falta capacidad de infraestructura para el manejo de la pera, es un producto altamente perecedero. Además, aumentaron los costos, los ajustes de mano de obra fueron del orden del 160% (trabajo rural, empaque y en frigoríficos), cuando la media del país aumentó un 90% en la posdevaluación. También aumentaron los insumos en materiales y en servicios como energía eléctrica, que subieron a nivel industrial”, sostuvo Jorge Cervi, presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI).
“Faltan políticas públicas que incentiven al sector, como líneas de créditos para el productor primario. Para que se desarrolle una plantación de pera o manzana se necesitan cinco años y se requiere de una inversión de entre u$s 15.000 y 20.000 por hectárea. Además, el sector frutrícola paga un 10% de retenciones, pero su impacto es del 27% por el alto valor agregado que tiene la actividad que genera 60.000 empleos”, añadió Cervi.
En la zona del Alto Valle hay 3.000 productores primarios que tienen un retorno de 16 centavos de dólar por kilo de peras y de 13 centavos a 28 centavos de dólar por kilo de manzanas, dependiendo de la variedad. Trabajan unas 200 empresas integradas, esto es en producción, empaque, enfriado y comercialización, todas de la región. En total generaron una producción de 630.000 toneladas de pera en la última campaña y de 1,10 Mt de manzanas.
Según cuenta Cervi, que está al frente de una empresa familiar que lleva 37 años, se vislumbra un panorama optimista para la actividad. En los útlimos años lograron salir de la “Brasil-dependencia” y para la próxima campaña se estaría abriendo el mercado indio, que representa un gran potencial para estos productos.
En tanto, la producción de cítricos creció en una década en un millón de toneladas, de 2 Mt en 1995 a 3 Mt en 2006. Del total, el principal producto es el limón, localizado en Tucumán, que en la última campaña representó la mitad, con 1,50 Mt, de acuerdo con un informe de Federcitrus.
A la industria se destina 1 Mt para la elaboración de jugo concentrado, del cual la Argentina también está puntera al ser el primer exportador mundial. El año pasado produjo 59.000 toneladas de este producto, de acuerdo con datos de Federcitrus.
En orden de importancia, le siguen la producción de naranja con 885.000 t (casi la mitad se destina al consumo interno), la mandarina, con 434.950 t, y el pomelo, con 272.700 t. Estos frutos, junto con la uva, sumaron el año pasado exportaciones por 332.880 toneladas por u$s 161,90 millones.
Alexia Gimenez
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