La firmeza de los precios del trigo obedece a la caída de la producción en los principales países exportadores. La demanda, que se mantiene muy sostenida, se ve obligada a salir a “pelear” por el trigo disponible en el mercado, lo que viene elevando en los últimos meses los precios del grano fino, a tal punto que los actuales valores en la Bolsa de Chicago se ubican en el nivel más alto de los últimos 10 años.
Ayer, la noticia de que Australia obtendría una cosecha no superior a los 10 millones de toneladas frente a los 24,5 del ciclo anterior fue la responsable de las fuertes alzas externas.
Por sus precios, el trigo argentino es hoy uno de los más competitivos del mundo, y los exportadores lo saben. Así, para anticiparse a potenciales alzas y a la intervención del Gobierno, aceleraron el registro de ventas hasta un nivel que deja al volumen declarado muy cerca del saldo exportable previsto para la actual campaña, que rondaría los 8 millones de toneladas.
En mayo pasado, en medio de fuertes rumores sobre una inminente intervención oficial, el Gobierno consiguió que los exportadores se regularan en sus ventas, aunque aumentó por primera vez el precio índice del cereal. Desde la administración central aseguran que por ahora no está en carpeta el cierre del registro de las exportaciones.
Sin embargo, si se siguen registrando ventas al ritmo que impone la demanda, se corre el riesgo cierto de llegar al punto de un desabastecimiento interno. Y si la Argentina tuviera que importar trigo debería hacerlo a un valor cercano a u$s 240 por tonelada.