La nueva estimación al primero de septiembre âanunciada anoche por las autoridades australianas- también significó una reducción del 28% en referencia a lo proyectado en junio pasado. La retracción, de hecho, venía siendo anticipada por los privados.
En nuestro medio, los registros de ventas al exterior siguen creciendo, a pesar de los últimos aumentos operados en el índice. âEvidentemente los márgenes son lo suficientemente amplios como para cubrir semejante riesgo. Ahora, para preservar el abastecimiento, el ambiente está propenso a que puedan aplicarse medidas correctivas acordes a las circunstancias. Veremos qué pasaâ, remarcó Carlos Boglioli.
Desde Roagro, el especialista destacó que entre lo declarado y lo comprado internamente, los exportadores âestán cortos en cerca de 2.500.000 de toneladas. Independientemente de la fecha de los embarques, se les hará duro originar mercadería: los molinos, que generalmente no llegan comprados a la cosecha, estarán lustrando sus armas para ponerlas a la altura de las circunstancias. No hay manera de encuadrar la idea de un mercado interno que no sea alcista sin incorporarle algún cuerpo extrañoâ, agregó.
Por otra parte, Boglioli recordó que varios dirigentes ruralistas se están haciendo eco de la situación âcon una retórica poco usual, manifestando con claridad su preocupación por lo que ha estado ocurriendo con la carne, los lácteos y el trigo de la campaña 2006â.
En este contexto, el consultor recomendó âproteger los circuitos de comercialización que aseguren y defiendan la transparencia de los preciosâ.
Maíz y soja para abajo
La baja de las temperaturas no sería tan fuerte y se observó una mejora en la calidad de los cultivos y la cosecha está avanzando bien.
Además, se especula con que la seca en Argentina dispararía más área para soja proveniente de maíz.
En nuestra bolsa, el cereal disponible se pagó hasta $270 y la soja, a la hora de este envío, tendía a cerrar alrededor de los $515.
