En pocos días el Senasa daría a conocer el nuevo sistema de identificación animal bovino que fue puesto a consideración de las entidades de productores y de los fabricantes de caravanas.
Este sistema fue creado por la Resolución 103/06 de la Sagpya según la cual desde el 1 de enero de 2007 no se podrán hacer movimientos de terneros sin que estén caravaneados. El costo de la caravana tarjeta y la botón-botón sería de $ 3. Cada año nacen 15 millones de terneros.
Antes de poner en marcha el nuevo sistema, el Senasa reempadronaría a todos los productores para lo cual solicitaría la actualización del Renspa. En el reempadronamiento se le pediría una declaración jurada de las existencias con el fin de saber qué cantidad de caravanas se le podrían aprobar. El sistema prevé la creación de un nuevo código, el Cuig (código único de identificación ganadera) , que cruza la información del Cuit y el Renspa y que podrá ser tramitado en las oficinas locales del Senasa.
Los productores deberán identificar el ganado con una caravana tarjeta en la oreja izquierda y la botón en la derecha. La no aplicación del dispositivo permitiría aplicar sanciones como la interdicción de la hacienda o multas.
Según el nuevo circuito, todavía en estudio, el productor pedirá al fabricante una determinada cantidad de caravanas. La empresa deberá exigir al productor la presentación de una tarjeta emitida por Senasa donde constará el Cuig, Renspa y un número de control del productor y el establecimiento solicitantes. Si el pedido condice con la información del Senasa, la empresa solicitará la autorización al organismo sanitario y, finalmente, imprimirá las caravanas. La entrega de las caravanas y el rango de números que se le asignará al productor quedará registrado en una base de datos del Senasa y no se los volverá a usar.
El productor aplicará las caravanas y completará una âplanilla de identificación de bovinosâ que será suministrada por los fabricantes donde dejará constancia de los datos del establecimiento y de los animales caravaneados y tendrá carácter de declaración jurada. El original quedará en poder del Senasa y la copia en manos del productor.
El Senasa podrá cruzar la información que carguen en su base de datos los fabricantes con la que envíen los productores, así tendrá un mayor control sobre las existencias y movimientos de hacienda.
