En el Mercado de Hacienda de Liniers hubo una reducida entrada de animales, con falta de calidad de lo ingresado, lo que provocó que las ventas se desarrollaran dentro de un clima calmo y sin variantes en los precios.
Sólo las vacas destinadas a conserva y los toros obtuvieron mejoras en sus valores, que oscilaron en torno al 1 por ciento.